Un año más, y van treinta y seis, ARCO, la Feria Internacional de Arte Contemporáneo, ha abierto sus puertas dispuesta a mostrar las novedades y tendencias del momento, además de promover las relaciones artistas-creador, no en vano ARCO es, ante todo, la gran feria de los galeristas.

Las 200 galerías procedentes de 27 países, con Argentina como país invitado, exhibirán, con cada vez menos estridencias, sus fondos artísticos más sólidos y creativos.

Pelaires, Horrach Moyá y L21, a la que se une la palmesano-berlinesa Kewenig, son las galerías de la isla presentes en la feria de Madrid. Las cuatro son ya habituales y repiten año tras año consolidadas en el mercado.

ARCO 2017 será inaugurada mañana por los Reyes y por Mauricio Macri y su esposa, en representación de Argentina, país invitado este año, pero hoy, en el primer día de apertura para profesionales y coleccionistas, el recorrido por la 36 edición muestra que hay más pintura y menos estridencias.

Y es que "Argentina pinta mucho", dice a Efe la galerista Nora Fisch, un símbolo del arte argentino contemporáneo, que está instalada en el pabellón 7, como el resto de las 11 galerías que representan a su país en un programa comisariado por Inés Katzenstein.

"En Argentina, los pintores más jóvenes y experimentales se adentran en la pintura trabajando con un lenguaje contemporáneo, y muchos de ellos trabajan con el cuerpo considerándole como superficie y objeto", precisa la galerista que tiene en su estand a Juan Tessi y Elba Bairon.

Nora Fisch cree que esta es una oportunidad para dar a conocer al mundo la escena contemporánea argentina. "Una generación muy sofisticada pero poco conocida. Incluso diría -precisa- que prefiero dar a conocer a toda esta gente que vender", subraya la galerista; pero a pocas horas de abrir, ya había vendido tres obras de estos autores.

Y pintura también tiene la histórica galería argentina Ruth Benzacar, hoy dirigida por su hija Orly Benzacar, que trae a ARCO dentro del programa oficial a Valentina Liernur y Fabio Kacero, y quien de forma categórica dice: "Lo que quiero es vender mucho".

Además, los creadores argentinos también presentan dibujos, performances, algunas instalaciones o esculturas, como el que Mercedes Azpilicueta ofrece en la galería SlyZmud de Buenos Aires: un vídeo performance con dibujos sobre la reconstrucción después de la II Guerra Mundial.

Pero la pintura también se extiende por muchas de las galerías nacionales e internacionales, y alcanza uno de los precios más altos de la feria, como el "El triunfo del Nautilus" de Dalí, el cuadro más cotizado con un precio de un millón cuatrocientos mil euros, en la Galería Leandro Navarro.

La galerista española Elvira González tiene otra de las obras más cotizadas este año en ARCO, una escultura de Juan Muñoz "Tree man laughing at one", que se vende por un millón quinientos mil euros. Esta galería también alberga grandes pinturas de Miquel Barceló.

La francesa Legong también ha traído a nombres simbólicos de la pintura como Picasso, Miró o David Hockney. Y la Henrich Einhard a uno de los artistas jóvenes más cotizado y cuya obra se disputan galeristas y coleccionistas: Secundino Hernández.

Entre las obra más cotizadas también se encuentra una escultura que es un cilindro construido en cristal blanco, valorado en un millón de euros, en la galería de Suiza Hauser&Wirth.

Y entre las obras con carácter más político destacan la instalación de la galería francesa Jêrome Poggi, que ha montado una especie de refugio en el estand hecho con telas de diferentes texturas y colores y con bordados que hacen alusión a los refugiados en diferentes idiomas.

También Casa Leibniz ha montado una instalación en la que pasan cosas todo el tiempo, entre ellas, lecturas de poemas, vídeos, representaciones.

Y si el año pasado la polémica fue la obra del vaso de agua medio lleno o medio vacío del cubano Wilfredo Prieto, este año este mismo autor presenta un podium blanco de pequeñas dimensiones, se supone que para que sea ocupado por el primer, segundo y tercer ganador, en la galería Nogueras Blanchard de Madrid.

Otras de las novedades de este año es la instalación de grandes esculturas o montajes en el pasillo que separa los dos pabellones, el 7 y 9 de Ifema, donde se celebra ARCO, para que sean adquiridas por museos, según señaló en una entrevista el director de la Feria Carlos Urroz.

Pinturas, dibujos, esculturas, algunas instalaciones y pocas obras polémicas resumen esta edición de la feria, estructurada en torno a las 200 galerías de 27 países y con un presupuesto de 4,5 millones.