-¿Qué aporta Intimissimi a su largo historial como cantautor?

-Hay una diferencia técnica entre escribir una canción y escribir un poema. Este libro está compuesto por versos absolutamente libres, sin rima ni estructura rítmica ni silábica. Los poemas se pueden musicar, pero el proceso para escribir una canción es muy diferente. Sin embargo, creo que todas las canciones nacen de un momento poético que pueda pasar en la vida.

-La canción de autor convenció al Nobel de literatura.

-Que se le concediera el galardón a Bob Dylan quiere decir que hay un reconocimiento de que escribir canciones también puede ser literatura. Como ejemplos también podríamos citar a Leonard Cohen o Raimon. Aunque en el fondo, quien tiene que decidir qué canción es poesía y qué poesía canción es el público. Yo huyo de cualquier ortodoxia.

-¿Cómo es el alma de Joan Isaac?

-Todos, en nuestro interior, tenemos ángeles y demonios. Cuando uno tiene la necesidad de hacer públicos sus sentimientos internos e íntimos salen cosas buenas y cosas malas. Escribir es una forma de catarsis individual para sacar ángeles y demonios que llevamos dentro.

-"Nada merece la angustia por la existencia".

-Nada debe hacer que estemos angustiados por el interrogante que todos tenemos encima de nosotros de qué hacemos aquí, adónde vamos y de dónde venimos. Angustiarse por la existencia es perderse la vida y todo lo que la rodea: amigos, paisajes, amor y sueños.

-En el poema Minut 89 habla de un partido de fútbol en Gaza finalizado antes de tiempo.

-Este poema nace de un hecho que ocurrió en una playa de Gaza, en la que murieron dos niños que estaban jugando a fútbol. Les estalló una bomba. Nace de un momento trágico que yo vi en televisión. En el minuto 89 todo se acaba; no hay ni prórroga ni penaltis.

-"Dame ríos de dudas y te devolveré un mar de certezas".

-Admiro a la gente que duda, que no lo tiene claro. La duda es esencial para vivir. Raimon ya lo decía: "La única seguridad es el arraigo de mis dudas".

-En 1976 dedicó su A Margalida a Salvador Puig Antich.

-Esa canción me ha ligado de por vida con él. Una canción que nació dos años después de que lo asesinaran. Es algo que me acompañará toda la vida y ha sido mi forma de mantener viva la memoria de Salvador, después de aquel asesinato tan vil y tan asqueroso. Es una canción que escribí en unas pocas horas y, fíjate por donde, se ha convertido en una canción que ya no es mía. Lo mejor que le puede pasar a un cantante es que sus canciones pasen a ser patrimonio de la gente. Me refiero, por ejemplo, a la música de Maria del Mar Bonet, a Cançó de matinada de Joan Manel Serrat o a L'estaca de Lluís Llach.

-¿Ha dejado de ser monoteísta la exportación cultural catalana?

-A lo largo del tiempo siempre hemos tenido un cantante, un escritor, un arquitecto y parece que todo gira en torno a un personaje, exportable digamos. En los Països Catalans, donde incluyo todos aquellos lugares donde se habla esa lengua, hay un ámbito cultural con tanta riqueza que es un fenómeno a estudiar. No solo están Tàpies o Miró, sino también existe Barceló u otra gente que hace el mismo trabajo con la misma calidad. El reconocimiento de los artistas de nuestro país no ha sido muy transversal.

-¿Cuál es la mayor diferencia entre Cataluña y el resto de la Península?

-Hay muchas. Cuando se habla de la España inmovilista se está hablando fundamentalmente del Partido Popular, que es un neofranquismo. En España hay mucha gente que está de acuerdo con nosotros (con el proceso de autodeterminación catalán). Luis Eduardo Aute, me dijo una vez: "Me sabría mal que os fueseis de España porque tengo muchas ligazones con vosotros, pero al mismo tiempo yo también me querría independizar de esta España casposa e inculta". Hoy Xavier García Albiol (el líder del Partido Popular de Cataluña) ha dicho que la Lista de Schindler era una lista de los condenados. Este señor no se ha visto la película, ya que quien la haya visto sabrá que esa lista incluía a los judíos que el señor Schindler quería salvar. Ante esta incultura... Existe una España demócrata y de izquierdas que entiende lo que se está produciendo en Cataluña. Sin embargo, el problema aquí es que los intelectuales de izquierdas nunca se han definido de una forma abierta. Siempre ha habido poco compromiso.

-Al margen de la música y la poesía, ¿qué tipo de cine le gusta?

-Me gusta el cine que no me deja indiferente después de salir de la sala. Me gustan las cosas que me remueven por dentro. El cine francés me interesa mucho, aunque el otro día vi la película Lion que me desbordó por todos los lados. El arte sin emoción no tiene sentido y se convierte en banalidad y entretenimiento.

-¿Qué le une con Mallorca?

-Me unen muchos años de haber venido aquí a cantar, en estos ya cuarenta y cincos años de trayectoria. En todas las islas (Balears) me siento particularmente querido. En Mallorca, la cançó siempre ha sido muy bien acogida. Una isla que ha dado una voz como la de Maria del Mar Bonet ya puede estar satisfecha durante años y siglos. No solo ella, sino también Isidor Marí, Tomeu Penya, y otros muchos, con los que siempre he estado unido.