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Análisis

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Descifrado y traducido, este acrónimo informático significa 'Lo que ves es lo que obtienes'...

La actriz Emma Suárez posa con las dos estatuillas obtenidas en la gala EFE

Descifrado y traducido, este acrónimo informático significa 'Lo que ves es lo que obtienes'. Lo que hemos visto en la última gala de los Goya es lo que ha dado de sí el cine español el año pasado. La cosecha no es mala del todo, tampoco buena del todo. Podrá recurrir al mal de muchos si la blandorra La La Land arrasa en los próximos Oscars. ¿Para qué quejarse entonces? ¿Para qué dar otro mordisco al perro apaleado por políticos, chuleado por financieros, manipulado por megacorporaciones audiovisuales e ignorado por certámenes de prestigio? Pues porque sólo he atisbado un poco de riesgo en la propuesta argumental en El rey tuerto. Obra teatral, por cierto, no guion pensado desde el inicio para el cine. Limitándome a nuestro continente, no he visto ninguna película que se acerque a la sensibilidad de la letona El maestro de esgrima; dramedias como la alemana Toni Erdmann; dramas como la rumana El examen, arriesgadísimas adaptaciones como la trilogía portuguesa Las 1001 noches o thrillers como el italiano Suburra. Por no hablar de la brutal, incontestable obra maestra del pasado año, la húngara El hijo de Saul. El cine español ha interiorizado que está en modo supervivencia y se limita a nadar y respirar. No es poco, lo sé. Pero como sé, como todos sabemos, que el talento no falta en ningún apartado, directores, guionistas, actores, músicos, cámaras... sólo pido (¿es mi deber?) un empujoncito más. Que busquen el modo, el medio (la pasta no porque no hablo de superproducciones) de emular esos ejemplos.

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