Un niño de la calle (Pawar) en una remota zona rural de la India. Por un golpe de mala suerte se separa de su madre y su hermano mayor al quedar encerrado en un tren vacío que le traslada a la otra punta del país. Por un golpe de buena suerte acaba en un orfanato digno y es adoptado por un matrimonio tasmano. Al cumplir la mayoría de edad (le reemplaza Patel, Slumdog millionaire) comienza a atormentarle el pasado. Localizar su localidad de nacimiento con unos jirones imprecisos de memoria es equivalente a una aguja en un pajar.
Sobre una historia real, el guión traza los vectores de fondo: a) El síndrome del superviviente, remordimientos por pasar a la orilla de la gente acomodada. b) La angustia de separarte de tus seres más queridos y no poder decirles que sigues vivo y bien. c) Las chispas, cuando llega la adolescencia, de muchos niños adoptados con sus padres adoptivos, a los que pasan a ver como extraños. Los dos primeros temas se tratan bastante bien; el tercero se soslaya. Tampoco se profundiza en la relación con su hermanastro, también adoptado y de carácter muy difícil.
¿Celos sólo? ¿Genes? ¿Patología mental? La primera parte es acertada por la fotografía, escasos diálogos y sin subrayados de banda sonora; pero es muy larga y tiene un toque Kipling, un poscolonialismo mal disimilado. La segunda parte es demasiado previsible, con (dudoso) regusto a Slumdog Millionaire. Con todo, es un filme verosímil, profundiza bastante en los traumas de los niños adoptados y logra emocionar. Lo que buscaban sus productores, los cazaoscars hermanos Weinstein.
Lion
EEUU, Australia, Reino Unido, 118 min.
***½
De Garth Davis
Actores: Dev Patel, Rooney Mara, Sunny Pawar, Nicole Kidman
Cines: Rivoli, Ocimax, Multicines Manacor, Cinesa Festival Park