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Entrevista

Luis Ortas: "Los del cine no somos cuatro hippies, sino una industria seria y de futuro"

"Nos llegaron a decir que no querían películas de tiburones en Mallorca porque frenaría el turismo"

El cineasta Luis Ortas en uno de los bancos de la Plaça del Pes de la Palla, en Palma. M. Mielniezuk

-¿Por qué acepta el reto de volver a situarse al frente de la Associació de Cineastes?

-Porque es un momento muy interesante para consolidar la asociación. Hemos conseguido ayuda institucional para normalizar la situación y ya somos como el resto de comunidades, que contemplan el audiovisual como algo cultural. Los retos tecnológicos y la nueva forma de ver cine nos van a ayudar a reinventarnos.

-¿Por qué ha costado tanto convencer a las instituciones a la hora de lograr esa inyección de más de 900.000 euros para el sector en 2017?

-Es un misterio. Para una comunidad como la nuestra, el audiovisual y sobre todo el cine es el mejor escaparate turístico que podemos tener. Lo que pasa es que a todos los políticos les da miedo dar voz a gente que se pueda expresar en medios de masas. De ahí que quieran controlarlos, no sea que alimenten a su enemigo.

-¿Qué respuestas les daban?

-Nos hemos encontrado con respuestas surrealistas del tipo "no queremos que aquí se hagan películas de catástrofes ni de tiburones o abejas asesinas porque eso hará que piensen que en Mallorca hay tiburones y frenará el turismo". Muchas veces tienen miedo de los contenidos por cosas completamente absurdas. Como si la gente evitara viajar a Nueva York por pensar que King Kong existe y está allí.

-Los mismos políticos que posaban en fotos con protagonistas de superproducciones rodadas en la sila.

-Así es. A la hora de hacerse una foto con un actor que venía de fuera sí que ponían interés pero a la hora de dotar de presupuestos una ley audiovisual, no. Insisto, algo absurdo, dado la promoción turística que supone el cine, además de I+D+I (investigación, desarrollo e innovación), porque actualmente nadie se esperaba que cosas como Netflix o HBO fueran a funcionar como lo están haciendo. Propuestas como estas se han hecho desde la isla, de hecho Filmin lo lleva un mallorquín, Jaume Ripoll, que ahora está desarrollando el Atlántida Film Festival. Es decir, los que hacemos cine no somos cuatro hippies que queremos contar historias. Esto es una industria, una industria de futuro, seria, que ha sobrevivido a una crisis brutal que nos ha pasado por encima. Hoy se consume más audiovisual que nunca y es absurdo que Balears pierda este tren. Además generamos mucho empleo. Un rodaje no solo mueve a las 50 personas del equipo; también están las habitaciones del hotel que se alquilan, coches, servicios de catering, extras, trabajo temporal... Un complemento ideal para la economía local.

-¿Cómo se puede corregir el hecho de que Balears pierda rodajes de producciones internacionales frente a otras comunidades como Canarias o Andalucía?

-Con el régimen autonómico que tenemos es difícil llegar más allá. Necesitaríamos exenciones fiscales y para eso se requiere un régimen económico autonómico propio, específico, como lo tienen Canarias o Malta, donde el cine es la segunda industria más importante tras el turismo.

-¿Montoro encarna gran parte de los males del cine?

-Sí, por el IVA cultural, por lo que cuesta cobrar las ayudas del Ministerio de Cultura, por la falta de financiación, porque no se ha desarrollado una ley del mecenazgo efectiva, ni una ley de beneficios fiscales para el cine, como existe en Estados Unidos o Francia... Ha habido gente buena dentro del gobierno del PP, en el Instituto de la Cinematografía, como Susana de la Sierra, que tuvo que dimitir porque la tenían atada de pies y manos. Tenemos que hacer ver que el nuestro es un negocio rentable y atraer inversión privada. No podemos vivir siempre de subvenciones.

-¿Qué les urge a los cineastas de Balears?

-Necesitamos estabilidad. No puede ser que con cada cambio de gobierno se cambien los presupuestos destinados al audiovisual; o que un año de repente se cierre una tele, otro año se reduzca el presupuesto de IB3 de 80 a 30 millones o que la Mallorca Film Comission se abra, se cierre y se reabra. Necesitamos un poco de seriedad y de proyecto a largo plazo. Sin eso no podremos crear.“Tenemos que hacer ver que el cine es un negocio rentable. No podemos vivir siempre de subvenciones”

-¿El sector sigue con fiebre alta?

-Sí. Entre el cierre de la Televisió de Mallorca y la reducción de presupuesto de IB3 el presupuesto destinado al audiovisual se ha reducido casi en un 70 por ciento. Hemos pasado de los 80 millones que había en IB3, los 10 de Televisió de Mallorca y unas ayudas de Presidencia de medio millón de euros, al casi un millón de euros actuales que nos dan las instituciones -más los 30 de IB3, de los cuales para producción solo hay un millón-. Es decir, las productoras y creadores de Balears vivimos con un presupuesto de alrededor de tres millones de euros. El resto se va en infraestructuras, personal para mantener la tele, funcionarios que desarrollan las subvenciones...

-¿Balears sigue siendo la comunidad que menos invierte en cine?

-Hemos subido un poco. Ya no estamos a la cola, hemos dejado atrás a Ceuta, Melilla y Murcia. Lo que pasa es que se sigue sin tener en cuenta el tema del catalán, es decir, por producir en catalán se te limita bastante el mercado y eso necesitaría también un refuerzo de ayudas específicas -por parte de Normalització Lingüística, que ahora mismo no existen- porque sino al final acabaremos produciendo en castellano e inglés porque es lo que hace los productos más viables.

“Molesta que te hagan invisible pero hay que replantearse si los Ciutat de Palma valen la pena”

-La ACIB, en su primer comunicado siendo usted presidente, ha expresado su deseo de profesionalizarse. ¿Por qué?

-Porque este es un trabajo duro que requiere un mínimo de media jornada diaria. Y necesitamos la figura de un gerente que pueda llevar el día a día de la ACIB, se reúna con políticos, haga un seguimiento de las ayudas y dé difusión a los proyectos que van fructificando. Miraremos si algún socio quiere ejercer esa gerencia y, si no, abriremos una convocatoria pública.

-¿El último ejemplo del maltrato hacia el cine en Balears sería la eliminación de las candidaturas de animación, documental y ficción para cortos de los Premis Ciutat de Palma?

-En la ACIB hay diferentes opiniones sobre este tema y la respuesta aún no está clara. Siempre molesta que te vuelvan invisible pero también hay que replantearse si valen la pena estos premios o si es prioritaria la producción. En mi opinión sería más interesante destinar el dinero de los Ciutat de Palma de cine, una cuantía importante, a la producción de cine en Balears. El talento y capacidad creativa que hay en Balears tiene que poder desarrollarse.

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