Diario de Mallorca

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Crítica de arte

Genealogías de la violencia

Visitantes en una de las salas del Museu Picasso.

Coinciden en Barcelona tres exposiciones que repasan la presencia de la violencia en tres épocas distintas y bajo prismas diferentes. Sin duda la más llamativa es la expuesta en el Museu Picasso bajo el título Cubisme i guerra. El cristal dins la flama que reúne una selección de pinturas, esculturas y grabados de artistas que vivieron en París el período de la primera Guerra Mundial que va de 1913 a 1919. Picasso, G. Braque, J. Gris, H. Matisse, F. Leger, D. Rivera, M. Blanchard, G. Severini, J. Lipchitz y H. Laurens, artistas todos ellos que hicieron del cubismo uno de los períodos más rupturistas de la historia del Arte.

Para el comisario Christopher Green, la exposición propone una mirada a la obra de esos artistas que siguieron trabajando en París cuando el frente de batalla estaba a poco más de 100 kms. Solo dos de ellos, Leger y Braque, estuvieron en el frente, el resto no fueron llamados a filas por edad o por no ser franceses.

Pese a que la obra expuesta no trata los horrores de la guerra, el espectador, nada más entrar, ya percibe mediante unos paneles las atrocidades de la conflagración con reproducciones fotográficas e imágenes cinematográficas documentando el frente de batalla. En esa misma estancia se muestran publicaciones artísticas de aquella época. Como curiosidad, vale la pena detenerse frente a Natura morta (Mallorca), 1915, de Diego Rivera, sobre la que el pintor mejicano evoca el último verano que pasó en la isla antes de trasladarse y pintarla en París.

Sin plantear ningún conflicto presente Gelatina dura, nos acerca una parte de la historia de nuestro país abierto a una transición que dejó demasiados rincones oscuros, brechas mal cerradas y acontecimientos de la historia olvidados, algunos conscientemente, para no entorpecer el proceso democrático que vivíamos en aquellos años. La exposición repasa profundamente documentos y archivos tanto oficiales como personales con una única finalidad, la de llamar la atención sobre aquel período en el que la violencia gubernamental, directa o indirectamente, se ejercía por imperativo democrático.

Por supuesto, la cultura está presente en la exposición. En ella, el movimiento contracultural vivido en Mallorca (sobretodo en Palma) aparece destacado. De hecho, la portada de folleto explicativo la abre una ilustración de Lluís Juncosa Crab Broth de 1988: dos personajes desnudos, uno de ellos en cuclillas como un perro. Todo el dibujo está lleno de frases como un manifiesto dadaísta. En la sala, se pueden observar otras ilustraciones del mismo Juncosa, Tomeu Cabot, Pep Albertí (Taller Llunàtic), Joan Palou, Andreu y Esteve Terrades; y documentos como el Correu de son Coc o La vida sexual de Jesucrist. Un recorrido que pone al descubierto el escaso aprecio que se ha dado a estos artistas tanto en el ámbito de la difusión como en los museos.

El recorrido puede acabar en Santa Mònica, al final de la Rambla, donde pueden contemplarse de diferentes formas cómo la tecnología nos acerca visiones sobre la violencia de una forma directa y doméstica. Nuestros artilugios tecnológicos de última generación nos aproximan a un perverso uso en todas sus formas de la intimidación, el terrorismo, el fanatismo o el crimen. La propuesta comisariada por Piedad Solans, es un escalofriante relato de las formas en que puede ejercerse la violencia y como ésta impregna nuestra existencia más cotidiana. Algunos de estos trabajos ya fueron vistos en Palma, como Maja Bajevic, la afgano-libanesa Mariam Ghani, la palestina Larissa Sansour o la guatemalteca Regina J. Galindo.

Todas las obras expuestas expresan actos violentos de diversa intensidad en contextos próximos, como áreas domésticas, de género, conflictos raciales y bélicos o de exclusión. Dura y exigente para el espectador, la exposición es una llamada de atención sobre la influencia que estos hechos ejercen sobre nuestras vidas, a menudo, ignoradas, simplificadas o minimizadas.

Cubisme i guerra.

El cristall dins la flama

Museu Picasso. Hasta el 29 de enero

Gelatina dura.

Històries escamotejades dels 80

MACBA. Hasta el 19 de marzo

Tecnologies de la violència

Centre d´Arts Santa Mònica.

Hasta el 5 de enero

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