-¿Qué tiene la Sexta Sinfonía, Pastoral, de Beethoven, que le ha seducido?
-Beethoven, todo Beethoven me encanta, me lleva a mi adolescencia y además me recuerda a mi maestro Maurice Béjart. Desde joven siempre pensé que esa obra podía llevarse al escenario, pero me costaba encontrar la idea apropiada. Hasta que llegó la noticia de la muerte de uno de mis amores platónicos, la bailarina Ángela del Moral, con quien coincidí en la compañía de Antonio. Fue un golpe muy duro, quedé tocado por la ausencia, y entonces me vino la idea para montar la Pastoral. Necesitaba un revulsivo y Ángela me lo dio.
-Todos tenemos en mente esa música de Beethoven ilustrada por Walt Disney en Fantasía.
-Cierto, recuerdo la película, con los animales y seres mitológicos, aunque mi concepción es totalmente distinta. Para mí esa sinfonía es la vida misma, en ella veo la infancia, la adolescencia y la vejez, todo en una sola partitura genial.
-Desde que nacemos hasta que morimos, ¿y la trascendencia?
-Cierto, no podemos olvidarla, también está presente en la misma música. Beethoven insinúa la trascendencia a través de un canto a la naturaleza.
“Ángela del Moral fue un referente sentimental para mí como Maurice Béjart lo fue profesional”
-Su maestro Béjart creó una coreografía para la Novena de Beethoven que usted danzó repetidamente. ¿Qué tiene su Pastoral de aquella Sinfonía Coral?
-Béjart está en esa creación, como Ángela del Moral. De alguna manera esa Pastoral ha sido posible después de que los dos nos dejaran. La tristeza y la añoranza se encuentran en el montaje que a su vez está lleno de alusiones. Ángela fue un referente sentimental para mí como Maurice lo fue profesional. Esa música de Beethoven me emociona como ninguna otra, por tanto en esa coreografía también hay mucho de mí mismo.
-En el programa se incluye otra pieza, Tierra madre, de Eduardo Lao, ahora director artístico de la compañía. ¿Qué tiene en común con la Pastoral?
-Si bien juntas podemos pensar que forman un todo en el fondo son muy diferentes. Para que una función tenga interés debe tener momentos de contraste. Lao construye una pieza muy terrenal, muy bailable, con música de la cantante noruega Mari Boine Persen que combina muy bien las esencias tribales con el rock y el jazz, en cambio mi Beethoven es más espiritual. Para mí la Sinfonía Pastoral de Beethoven es espiritual. Por tanto podemos decir que el espectáculo es un todo pero con dos partes, una más ligada a la tierra y otra al espíritu. En el fondo la vida es así, llena de contrastes.
-¿En qué está trabajando ahora?
-Acabo de terminar una Carmen que espero se estrene en junio. Creo que será un espectáculo rompedor, una coreografía nada tradicional, sin los referentes habituales, sin cigarreras ni habaneras. Muy teatral.
