Doña Sofía participa este fin de semana en los actos de clausura del Any Ramon Llull. La reina emérita visitó anoche la exposición dedicada a la biografía y pensamiento del erudito mallorquín, ubicada en el Museu Diocesà.

Minutos antes de las 18.30, fueron llegando al Palacio Episcopal -por este orden- la nueva delegada del Gobierno María Salom -el de ayer fue su primer acto oficial con su nueva responsabilidad-, la presidenta del Govern Francina Armengol, su homólogo en el Consell Miquel Ensenyat y el máximo cargo del Parlament Xelo Huertas. Con cinco minutos de retraso, bajó de una berlina negra doña Sofía, enfundada en un traje de chaqueta y falda por debajo de la rodilla de color negro y tejido brillante. Saludó a las autoridades políticas y continuó el besamanos con los cargos eclesiásticos. Allí la aguardaban el provicario general Nadal Bernat, el deán de la Catedral Joan Bauzá, el vicepresidente del cabildo Teodor Suau y el administrador apostólico de Mallorca Sebastià Taltavull. Tras el saludo, se produjo el posado oficial. La reina advirtió y felicitó por la buena organización del mismo. Pues en el suelo, con etiquetas blancas, se administraban los espacios exactos para que el proceso fuera rápido y sin confusiones. Durante los flashes, Sofía, para romper el hielo con los dirigentes, se refirió a la "buena temperatura" de la noche.

La visita, que duró una hora aproximadamente, comenzó por el nuevo y mejorado recorrido del museo. Hubo dos paradas obligatorias con explicación histórica de Teodor Suau. En concreto, la reina pudo admirar el retablo de Sant Jordi de Pere Niçard y una pintura sobre Ramon Llull de Miquel Bestard. Después de descubrir los tesoros de la planta baja, se accedió a la primera, terreno exclusivo de los universos de Gaudí y del erudito mallorquín, quien ocupa las salas temporales.

La muestra luliana, muy didáctica, la conforman un documental de Cesc Mulet (La Perifèrica) ficcionado de aproximadamente diez minutos sobre la figura del filósofo y una zona explicativa con los conceptos básicos y distintas facetas de Llull.

En el recorrido, comisariado por Catalina Mas, tres tesoros de gran valor: un mascarón de proa del vapor Lulio que representa al beato y que proviene del Museu de Mallorca. Esta pieza fue diseñada por Ricardo Anckermannn. Muy destacable también un Cristo Crucificado procedente de la iglesia de Sant Jaume. Una talla valiosa, datada en el primer tercio del XIII, posiblemente la más antigua venerada en la isla. Cierra la exposición una arqueta sículo-arábiga procedente del Museu Capitular.

Como anécdota, cabe mencionar que el presidente de la Fundació Amics del Patrimoni, Joan Guaita, le hizo llegar a doña Sofía vía protocolo oficial los tres volúmenes que recogen y documentan las intervenciones artísticas de los últimos 14 años en los llits de la Mare de Déu.

Cabe recordar que la reina emérita presidirá hoy en la Catedral la eucaristía que pone fin a la conmemoración del 700 aniversario de la muerte de Ramon Llull. Después de la misa, comenzará la procesión que trasladará los restos del beato a la basílica de Sant Francesc.