Les Luthiers son como hermanos. Llevan cincuenta años conviviendo, girando, tocando y experimentando con el humor. "Primero nos peleamos, luego viene el proceso de creación", bromea Marcos Mundstock. El sexteto argentino regresa hoy a Palma con material revisitado tras 19 años desde su última visita. Los músicos con el mejor humor del mundo subirán a las tablas del Auditòrium con una antología de toda su producción titulada ¡Chist! "Es una selección de aproximadamente diez obras -más el bis- de los momentos recordados más felices. En realidad, es una de las tantas antologías que podríamos haber conformado", explica Carlos Núñez. "Con 150 montajes en nuestro haber, podríamos haber articulado 15 distintas. En realidad, tenemos antologías hasta 2028", bromean.
Los criterios de selección para este ¡Chist! han sido varios. "Han pesado los mejores momentos tanto para nosotros como para el público", apunta Carlos López Puccio. "Cada uno hace un listado de obras favoritas y no coincidimos necesariamente. Y en eso tiene que ver no sólo la respuesta del público, sino también lo bien que se lo ha pasado uno interpretándolas, el protagonismo que ostenta en ellas o la autoría, por aquello del amor a los propios hijos", añade.
En la criba final, acabó imponiéndose el equilibrio. "Miramos que los protagonismos estén más o menos repartidos", señalan. "Otros elementos que tomamos en cuenta son los géneros musicales", apunta Martín O´Connor. "Intentamos variar: un poco de ópera, bolero, música folclórica, clásica, jazz... Hacemos una cuidadosa selección y combinación de todos estos elementos", indica Núñez.
En cuanto a los temas tratados en los montajes, todos coinciden en que no han envejecido. "Inesperadamente, algunos no han funcionado", desvela Mundstock. "Pero tampoco sabemos si es que envejecieron o que en el momento que se rescataron no funcionaron casualmente con ese público", apunta López Puccio. "Por ejemplo, el madrigal La bella y graciosa moza marchose a lavar la ropa, del 77, es la obra más antigua que tenemos en la antología y funciona muy bien, como si se hubiera escrito ayer. El rey enamorado, en cambio, fue una pieza muy fuerte en el 79 y la incluimos en el preestreno de este espectáculo y resultó un fracaso absoluto, no se rió nadie", interviene Jorge Maronna. "Yo creo que tuvo mucho que ver el público en eso. Hay un dicho muy famoso que dice que el promedio de la inteligencia humana permanece constante pese a que la población vaya en aumento", apostilla Núñez entre risas.
El hilo conductor de ¡Chist! es la obra La comisión, que narra las vicisitudes de dos políticos corruptos para cambiar el himno nacional según sus conveniencias. "Supongo que muchos políticos corruptos conocerán y habrán visto este montaje, pero nunca se dan por aludidos", bromea Mundstock. "Esta pieza se hizo hace casi 20 años y no se tocó una coma. Tiene más vigencia ahora que por entonces", agrega Maronna. "La corrupción política es la profesión más antigua del mundo", replica Mundstock. "Debe ser anterior incluso a la prostitución, porque para que exista ésta ha de haber un orden establecido", sostiene López Puccio. "Los españoles creen que este montaje sobre la corrupción fue escrito hoy día para ellos. En Colombia les pasa lo mismo", bromea Horacio ´Tato´ Turano.
"Cuando hicimos La comisión, nuestro presidente era Carlos Menem. Cuando en la obra yo le digo al señor presidente si le gustaría que le nombraran en el himno nacional, Menem encajaba exacto en este punto", relata Mundstock. Sobre los Kirchner, el humorista cree que a ella (Cristina) seguramente sí le gustaría salir mencionada en el canto nacional. "A él igual no, para no exponerse tanto", opina.
En cuanto al cambio en la presidencia de Argentina, ahora en manos de Mauricio Macri, Les Luthiers sienten "esperanza, pero no hay certezas". "La certeza es que la mitad de la población estamos agradecidos de habernos librado de los Kirchner. Era algo de lo que había que salir y curarse. El resultado final no sabemos cuál va a ser. El problema con los Kirchner era una cuestión de valores humanos. Una de las banderas de los Kirchner era que hacían un gobierno NAC-POP, nacional y popular. Y a mí se me ocurrió pensar que estos nuevos son DEC-POP, decentes y populares. Ahora sí se respira decencia", explica Mundstock. "Lo que pasa es que hay una realidad. En Argentina se necesitan inversiones y una reactivación económica y los actores de estas inversiones no están apareciendo. Están esperando a ver si pueden invertir con seguridad. Eso está pasando también con Trump. Están todos expectantes a ver qué decisiones toma para ver dónde invierten realmente. Por otra parte, hay que decir que ojalá Trump no pueda hacer todo lo que prometió", sostienen.
Para el sexteto, el humor no es un arma, "es en alguna medida terapéutico, balsámico, bienhechor". Les Luthiers tampoco creen en el humor para mandar mensajes. "El hecho de que la totalidad de nuestras obras no aludan directamente a personajes de carne y hueso ya lo indica", apunta O´Connor.
La formación argentina, que ya no cuenta con Daniel Rabinovich -fallecido el año pasado-, recuerda que sus orígenes se centraron en parodiar la música clásica. "Luego nos fuimos teatralizando y nos costó mucho al principio introducir elementos escenográficos", evocan. Ahora mismo, sienten que tienen un parentesco con la comedia musical. Y con humoristas como el Tricicle o los Monty Python. "En general, cualquier creador que sea original y haya roto moldes nos ha influido", aseguran. Carlos Núñez nombra a Cortázar "cuando roza el humor". Turano se decanta más por Gaudí.
El acto: Les Luthiers
Lugar: Auditòrium de Palma. Días de espectáculo: 22, 23, 24 y 25 de noviembre, a las 21 horas.
Entradas: Web del teatro y en taquilla.
