La prohibición a Norio Sato de actuar el pasado viernes 28 en el casal Solleric -en un concierto ya programado, anunciado y reconfirmado tras la destitución fulminante de su director- fue "un error", reconoce ahora el Ayuntamiento de Palma. La concejalía de Cultura admite que se equivocó en las formas y se disculpa con el guitarrista japonés, la organización -la asociación Placa Base, en colaboración con el Conservatorio- y el público que asistió a la cita y se topó con las puertas cerradas, teniendo que ser desviado a un piso particular para poder escuchar al artista.

"Pedimos disculpas a toda aquella gente afectada por la mala gestión y la mala comunicación" por parte de la regiduría, entonó el mea culpa ayer a este diario la directora general de Cultura del Ayuntamiento. Francisca Niell explica que la cesión del espacio para el concierto "no estaba autorizada" por Cort pero admite que sí por el Solleric, por lo que lamenta un importante error en las formas provocando "unos damnificados" que debieron ser ajenos a toda la polémica por el despido del director-gerente.

La número tres de Cultura de Cort señala al destituido Fernando Gómez de la Cuesta como único responsable del desaguisado, al haber programado la actuación de Norio Sato sin haber seguido los cauces pertinentes.

La anulación del concierto del japonés es consecuencia "del cúmulo de despropósitos" causados por el cesado Gómez de la Cuesta, denuncia Niell, y que Cultura de Cort "está teniendo que asumir". "No puede ser que nos tengamos que enterar vía Facebook de que va a haber este concierto en el Solleric", muestra su malestar la directora general. Afirma que cuando la regiduría tuvo constancia del acto, decidió cancelarlo pese a que no tenía coste alguno para el Casal ni Cort.

"Una persona del Solleric habló con los organizadores", apunta la directora general por un técnico, reconociendo que éste se limitó a transmitir la orden política que prohibía el concierto, sin añadir la menor explicación oficial.

La cancelación llegaba el mismo día, justo seis horas antes de la cita. "Entre el jueves y el viernes debimos haber cogido el teléfono y explicarlo bien a los organizadores", se sincera Francisca Niell. "Por muchos motivos no lo hicimos, y pido disculpas" a Placa Base, remacha. Niell justifica los fallos por "la complicada situación" que está viviendo el departamento tras la destitución del director, cuya gestión al parecer ha desbordado a sus responsables políticos, comandados por el nuevo concejal Llorenç Carrió, del partido Més.

La actuación de Sato estaba prevista para las 19 horas. A media mañana el Solleric confirmaba que las sillas para el evento ya estaban colocadas y el escenario montado. Sorpresivamente, a las 13 horas informaba de que se suspendía el concierto, sin más. Ante la drástica medida los voluntarios de Placa Base no tuvieron más alternativa que buscar otro local. Solo encontraron in extremis el salón de la casa señorial de uno de ellos, en el casco antiguo de Palma. Hasta allí hubo que derivar al público que por la tarde acudió al Solleric, una treintena de personas. Nadie entendía nada, empezando por el propio artista, acostumbrado a interpretar en salas internacionales.

Guitarrista reputado

Norio Sato es uno de los más destacados guitarristas de Japón. Había acudido a Mallorca para impartir unas clases magistrales en el Conservatorio Superior, en el marco de una gira por Europa. Placa Base quiso aprovechar su presencia en Palma con un concierto que no tenía ningún coste para Palma Espai d´Art más allá de la cesión del Casal Solleric. El artista se vio contrariado por el cambio de escenario, aunque accedió amablemente a actuar en el improvisado.

"Conozco lo que hacen y es un trabajo excelente, ya han colaborado con nosotros en ses Voltes y no tenemos ninguna duda sobre su calidad", recalca Niell sobre Placa Base y más en concreto uno de sus responsables, el compositor Mateu Malondra, ante el que se ha comprometido a pedir excusas personalmente mañana lunes. Francisca Niell exonera a todo el personal del Solleric de cualquier responsabilidad por los desaciertos: "Ellos hacían lo que el director les decía, para nada tienen culpa".