"El premio Nobel de Literatura de 1997 hizo reír a los mallorquines con más fuerza que cualquier ganador de ese galardón. Dario Fo actuó por primera vez en el Auditòrium en 1983... Repitió en el 91, con Mistero Buffo", cuenta el periodista Matías Vallés en su libro 'Mallorca siglo XX. Un destino obligado'.

El dramaturgo y actor italiano, que falleció este jueves a los 90 años en un hospital de Milán, dejó su impronta imborrable en Palma. Fo cautivó a las audiencias inundando con su sátira la Sala Magna y atiborrando la platea en cada función. Abundaban los espectadores que asistían a más de una actuación, recuerda Vallés.

"La improvisación es una ciencia que no se improvisa", se explicaba Fo en el hotel Palas Atenea, antes de su segunda serie de actuaciones en el Auditòrium, en abril de 1991.