El Teatre Principal acogerá los días 13 y 14 de este mes El agitador Vórtex de la actriz y directora Cris Blanco, una obra que mezcla karaoke, ciencia-ficción, musical y superhéroes con espadachines y en la que el metalenguaje y el humor juegan un papel importante. Se trata de llevar a la escena teatral una película en directo, "de un cine hecho a mano".

Así, la historia de esta obra multigénero es la de una directora que quiere hacer una película y triunfar, pero que - sin embargo - se encuentra con muchas dificultades.

Blanco, quien asegura que al plantear una obra no parte de una premisa que busque un objetivo final, sino de "necesidades o apetencias", cuenta que en El agitador Vórtex, el punto de partida fue mezclar formatos y géneros para saber en cuál quería trabajar.

Cuestión de clichés

Así, "me di cuenta que lo que realmente me interesaba era la mezcla de géneros", añade Blanco, al tiempo que explica: "Quería probar qué ocurre si mezclas una película de terror con música de zarzuela y cine mudo. El agitador Vórtez es una película en directo porque los elementos de los géneros son "mucho más reconocibles para todos nosotros; los clichés los tenemos mucho más claros".

En una escena, por ejemplo, se combina un momento de la nouvelle vague con un texto de Star Wars, música de Superdetective en Hollywood y Psicosis.

"También quería darme la libertad de no solo ceñirme a una pieza escénica, sino que quería pensar en cómo trabajarlo", dice Blanco cuando se le pregunta por la preparación de El agitador Vórtex. De ahí que comente que se inspiró y utilizó el libro El animalario del Doctor Revillod, un libro para niños en el que aparecen dibujos de animales. "Tú puedes cambiar la cabeza de un animal y ponerle las piernas o el cuerpo de otro", añade al respecto, a la vez que apostilla: "Así te salen unas mezclas muy raras".

Por otra parte, la artífice dice que en su última obra "lo hago todo yo", en el sentido de que ella actúa, dirige y hace de cámara. Sin embargo, durante el proceso de producción Cris Blanco contó con la ayuda de Óscar Bueno y Anto Rodríguez, quienes hicieron de ayudante de dirección, observando desde fuera el acontecer de la representación.

Por último, Cris Blanco ha estirado los elementos de los géneros para ver "cuándo se pierden" en una obra en la que se mezcla el formato de cine y el teatral, donde uno se mueve entre realidad y ficción.