La literatura y el cine llevan tiempo desarrollando la llamada ´fascinación del mal´, concepto difuso y muy subjetivo. El hombre de las mil caras se centra en la vida de Francisco Paesa, colaborador de los servicios secretos españoles en los 80 y 90 y sobre todo en su participación en la tocata, fuga y captura del ex director de la Guardia Civil Luis Roldán.
Como recreación de esa huida y el centrifugado por medio planeta del dinero robado para esconderlo de la justicia, la película de Alberto Rodríguez (La isla mínima, Grupo 7) es impecable. Se inventa un personaje ficticio, un piloto comercial, amigo del alma y socio de Paesa que ejerce de narrador en primera persona. El ritmo y el tono tienen similitudes con Atrápame si puedes, La gran estafa americana o La gran apuesta. La interpretación de Eduard Fernandez como Paesa es excelente; Coronado aprovecha un papel como anillo al dedo; Carlos Santos no logra entrar en el pellejo de Roldán. Hurgando en el tema de fondo llegan los reparos. Paesa más que un espía ha sido un carroñero, un comisionista con muchos redaños. Con un solo rostro, de hormigón armado. Comparte (igual que Roldán) codicia y falta de escrúpulos con Harry Lime. Sobre un personaje tan abyecto Graham Greene y Orson Welles sí lograron despertar un interés rayano a la fascinación. Rodríguez no acierta la tecla. Aun así, insisto, la película es un gran docudrama sobre un turbio episodio de nuestra historia reciente. Y un triste recordatorio, como Suburra o B, de que las cloacas del poder siguen funcionando a toda máquina, esquilmando ingentes cantidades de dinero público.
*El hombre de las mil caras
España, 124 min.
***½
Director: Alberto Rodríguez
Actores: Eduard Fernandez, José Coronado, Carlos Sánchez, Marta Etura
Cines: Augusta, Ocimax, Porto Pi, Cinesa Festival Park, Multicines Manacor
