Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Con ciencia

Olduvai

Olduvai

Los tres yacimientos más importantes para la evolución humana, si se miden en términos de la cantidad de fósiles aparecidos, son africanos dos de ellos, los de Sterkfontein (Sudáfrica) y Koobi Fora (Kenia), y europeo el tercero: Atapuerca, por supuesto. Pero existe un cuarto yacimiento que bastantes paleoantropólogos mencionarían como de referencia obligada porque fue el que dio paso a la aparición de la época de oro de los estudios sobre nuestros antepasados. Me refiero al de Olduvai en Tanzania.

En Olduvai Louis y Mary Leakey, el matrimonio más ilustre de investigadores de la evolución humana que ha habido, encontraron las primeras pruebas de existencia de especies simpátricas de nuestro linaje, entendiendo como tal las que viven a la vez en un mismo paraje. También fue Olduvai quien dio nombre a la cultura lítica más antigua que se conoce, y de allí procede la primera especie del género al que pertenecemos, la del Homo habilis. En Olduvai otro gran autor de la paleontología humana, Phillip Tobias, hizo el primer estudio comparativo sobre la edad de muerte de los ejemplares fósiles. Suficientes galones para que, pasados los momentos de gloria para la ciencia, haya ahora en Olduvai un museo que visitan los turistas.

Pero de vez en cuando el yacimiento vuelve a atraer la atención de los investigadores. Acaban de anunciarse en el congreso de la Sociedad Europea para el estudio de la Evolución Humana los primeros logros que un consorcio internacional encabezado por la universidad de Calgary (Canadá), y cuyo investigador principal es Julio Mercader, ha obtenido utilizando técnicas de excavación muy avanzadas en Olduvai. Mercader fue el primer autor de un artículo publicado en 2002 que indicaba cómo en yacimientos antiguos de Costa de Marfil aparecen esquirlas de piedra que recuerdan a las lascas de la cultura olduvaiense pero no son de manufactura humana. Se deben al uso de piedras que hacen los chimpancés para abrir las nueces.

El proyecto actual de Mercader es otro: busca indicios acerca de cuál podría haber sido la dieta de nuestros ancestros de hace dos millones y medio de años. Cuando se identificó la cultura más antigua en Olduvai que tiene esa edadsurgió una polémica cerca de si las esquirlas y los núcleos de piedra, atribuidos en un principio a los australopitecos robustos del yacimiento y más tarde a los primeros Homo, supondrían la respuesta adaptativa de nuestro género al enfriamiento de África que llevó la sustitución de los bosques por praderas abiertas, por sabanas. Los humanos se habrían vuelto carnívoros entonces y las herramientas de piedra les servirían para obtener carne. Pero el grado en que su dieta contendría también alimentos vegetales ha sido objeto de debate. El equipo de Mercader busca una respuesta a esa duda y se ha dirigido a Olduvai para obtenerla. Si se me preguntase a mí, diría que no hay nada más lógico.

Compartir el artículo

stats