Adaptación de una novela de Carlo Bonini y Gianfranco de Cataldo, el título alude a un barrio de la antigua Roma cuyo nombre se ha convertido en sinónimo de arrabal de mala fama. La historia está ambientada en noviembre de 2011. Con rumores de renuncia del Papa un diputado intenta sacar adelante una ley para recalificar la cercana costa de Ostia y construir un megacentro de ocio y juego. Varios grupos de delincuentes se posicionan, a su manera, para subirse a la carroza. La muerte accidental de una meretriz menor de edad es el inicio del apocalipsis, la piedra involuntaria contra el avispero.
La película es un excelente ejercicio de cine/literatura negra adaptada a los tiempos modernos. Recurre a estereotipos, es cierto (el político corrupto adicto a las mujeres de pago y flirteo con drogas duras; el espabilado que monta fiestas de lujo en un palacete y se acobarda enseguida, el complejo de viviendas semicomunal donde viven los delincuentes gitanos); pero viendo las noticias o leyendo Gomorra, resulta que no pocos de esos estereotipos después se cumplen en la realidad. Otro punto fuerte es que todos los delincuentes de la película asustan de verdad; el más poderoso, apodado Samurai, es el más anodino en apariencia. La realización, el ritmo, también son brillantes, realismo austero, con muchas escenas bajo intensa lluvia y alguna floritura en la composición fotográfica. Sólo chirría la banda sonora, demasiado presente y ampulosa en algunas escenas iniciales. Los actores, poco conocidos aquí, no epatan pero son creíbles. Lo dicho, gran ejercicio de cine negro, sin policías, con mucha corrupción y degradación moral.
Suburra
Italia, 135 min.
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Director: Stefano Sollima
Actores: Pierfrancesco Favino, Greta Scharano, Claudio Amendola, Giulia Gorietti Cines: Augusta
