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Entrevista

Guillermo Mordillo: "Sigo haciendo humor con el mismo miedo que siempre"

"Trato de transmitir la posibilidad de un mundo mejor con mis dibujos a través del humor"

El dibujante Guillermo Mordillo, ayer en Palmanova.

-¿Qué trata de transmitir con sus dibujos?

-Las ideas para los dibujos vienen porque que tengo los ojos abiertos. Transmito por instinto, no tengo premeditación en lo que hago, sobre todo en el trabajo. Lo que trato de transmitir a través del humor es la posibilidad de un mundo mejor creando momentos de distracción a través de los dibujos. En este mundo un poco caótico me gusta que haya algo que sea como un bálsamo. Yo quisiera contribuir con un granito de arena en la posibilidad de un mundo mejor.

-¿Es eso posible?

-Me temo que eso sea una utopía, que un mundo mejor no pueda existir. El hombre es capaz de dos cosas: de lo mejor y de lo peor. Si el hombre solo fuera capaz de lo mejor tal vez sería complicado también, porque son necesarios los contrastes. Ser feliz no es complicado, lo que es complicado es darse cuenta.

-¿Qué es el humor para usted?

-El humor es la ternura del miedo. En este momento, esta definición está más de actualidad que nunca. Todos tenemos miedo. Hay colegas míos que han sido atacados, yo conocía a todos los que murieron en el ataque a Charlie Hebdo. Y eso que yo dije la frase hace 50 años. Y sigo haciendo humor con el mismo miedo que siempre.

-¿Corren buenos tiempos para el humor?

-Sí. Si viviéramos en un mundo totalmente feliz los humoristas nos quedaríamos sin trabajo. Sin embargo como el mundo no está en tales condiciones, es necesario el humor. Sin humor yo no podría vivir. Sobre todo ahora que tengo cierta edad y que tengo que afrontar ciertas evidencias. Si no lo hago con humor, sería muy triste y muy difícil de llevar.

-¿Existen límites?

-No. Hay límites personales, cada colega es libre de tener sus propios límites. Yo con humor no solo hago reír. También hago reflexionar. Hay dibujos y frases que valen por un libro. Recuerdo que leí un libro, cuando solo tenía 17 años, de un filósofo argentino llamado José Ingeniero. El libro se llama Hacia una moral sin dogmas. No hacía falta leer el libro, con esa frase basta. Todo está ahí. Después de muchos años supe lo que era: ni ateo ni creyente, entonces, agnóstico. Voltaire dijo que si Dios no existiera habría que inventarlo.

-¿Qué le hace reír?

-A mí me hacen reír dos cosas: los bebés y los animales. El animal porque es un cómico que no sabe que es cómico. Y los bebés cuando se ríen a carcajadas, tienen la risa más contagiosa que pueda existir.

-Ahora pasa los veranos en Mallorca, ¿qué le inspira la isla?

-Yo viví muchos años en la isla. La primera vez que vine fue en los años 70 porque mi mujer es de origen mallorquín. Me enamoré de Mallorca. Aquí hago cosas que no hago el resto del año: voy al mar, juego al golf e incluso conduzco.

-Ha vivido en muchos lugares a lo largo de su vida, ¿es vital para el dibujante viajar y conocer diferentes lugares?

-A mí no me gusta viajar. La mayoría de las personas lo aman, a mí no me interesa ir a lugares en los que no me espera nadie.

-¿Por qué elige en muchos de sus dibujos a animales como protagonistas?

-Siento admiración por los animales y hablo con ellos. Suelo ir al final de la tarde a jugar al golf. Un día estaba jugando yo solo y cuando bajé un camino de tierra, estaba cayendo la tarde y de repente veo que vienen en fila india unos siete patos adultos. Yo nunca había visto eso en patos adultos. Me paré, ellos se pararon y yo les dije: "Pasen", ellos pasaron yo miré para todos lados y estaba solo, pensé que nadie me creería, que estaba en medio de un dibujo animado.

-¿En qué está trabajando ahora?

-En dos proyectos importantísimos. No puedo adelantar mucho. Hace cinco años que estamos trabajando en esto y todavía faltan dos o tres para que salgan a la luz. Estoy trabajando en una serie de televisión con mis personajes y en un largometraje para cine. En la película la jirafa va a hablar con su amigo el ciempiés, pero en la serie no. Creo que son las dos cosas más importantes de mi carrera. Tengo la suerte de que mi hija está trabajando conmigo.

-Siempre le interesó la animación.

-La historia de hacer una película comenzó en 1937 cuando mi madre me llevó al cine a ver la película Blancanieves y los siete enanos. Fue cuando me di cuenta de lo que quería hacer. Dibujar es mi felicidad y necesito hacerlo todo el tiempo. La película con la que estoy ahora quise hacerla hace 80 años. Mi primer trabajo a los 18 años fue como animador en Argentina. Cuando me fui a Estados Unidos trabajé en Paramount, pero me desilusionó y abandoné, fue cuando me puse a hacer tarjetas humorísticas.

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