Quince minutos sobre la hora prevista y con la banda sonando unos primeros acordes en clave texmex surfero que no dejan reconocer Iberia Sumergida, la canción con la que abre el show, Bunbury sale al escenario, saluda efusivamente y se acerca al pie de micrófono a entonar sus primeros versos. Entonces sí, locura desatada, gritos a pleno pulmón y la audiencia ganada para lo que queda de concierto. Abrir con un tema de Héroes del Silencio. La primera en la frente. La banda suena genial, totalmente engrasada y se muestran cómodos y con ganas sobre el escenario de Son Amar.

Siguió El Club de los Imposibles, Dos Clavos a mis Alas y de nuevo, Héroes con La Sirena Varada. Primera parada donde se deshace de su chaqueta y tras una breve y simpática disculpa por todo este tiempo sin venir se lanzan sobre una psicodélica versión de El Camino del Exceso, mucho más rockera e intensa que la original que lleva a sus más de tres mil fans hasta los primeros acordes de Avalancha. Media hora sobre el escenario, seis canciones y ha visitado a su pasado más famoso en cuatro ocasiones ya. Ya se pueden escuchar las primeras afonías en la audiencia que ha venido a eso, a recordar, corear y a acompañar al artista en ese repaso a su carrera que está llevando en este Tour de las Mutaciones 2016. Que Tengas Suertecita, Puta Desagradecida, El Extranjero, Infinito, está pletórico, con ganas, interpretaciones siempre diferentes a la última vez que cualquiera de los asistentes pueda haber escuchado en otras ocasiones.

El espectacular montaje de luminístico de Son Amar con más de 50 móviles sobre el escenario complementaron a la sencilla escenografía de esta gira y creaban el ambiente idóneo mientras iba sonando el repertorio. Siempre mejor recibido cuanto más antiguo era. Presentó a Los Santos Inocentes, arrancaron Lady Blue y llegó el primer descanso. Al momento de nuevo a por la parte final del show, que lo llevan a un especialmente intenso El Rescate y, ese momento que todos los asistentes estaban esperando para cantar, La Chispa Adecuada. De nuevo la banda madre, otra vez la locura de los fans. Un mínimo parón y otra vez a escena para acabar de una manera más tranquila con Los Habitantes, De Todo el Mundo y Al Final.

Un gran concierto para una audiencia totalmente entregada y que le aceptaría casi cualquier cosa a un artista que por mucho que se esfuerce siempre tendrá que recurrir a la banda que lo vió nacer sobre un escenario para asegurarse el éxito. Porque no es difícil entender que a día de hoy, y por mucho que le dé de forma magistral la vuelta a sus propias composiciones, su audiencia estará siempre esperando las canciones de Héroes del Silencio.

A destascar la buena organización por parte de Son Amar que facilitó tanto el acceso al recinto como el tema del aparcamiento de manera eficaz, evitando aglomeraciones o atascos.