Concha Buika: "Jamás estudiaría canto"

-Como hermanos, siempre como hermanos, claro.

-A pesar de haber conseguido fama internacional, usted nació y vivió en sa roqueta. ¿Acuñaría el concepto de chovinismo mallorquín en su diccionario?

-Mallorca es un lugar muy internacional. Si no, no habría llegado tan lejos. Yo creo que he llegado tan lejos porque vengo de un lugar que está instalado en el corazón de todos los países de la Tierra. Mallorca es un lugar profundamente local, pero tremendamente universal. La sientes en todas partes; es imposible no llevártela contigo.

-Reformulo: primero sa roqueta frente a lo ajeno. ¿Lo suscribe?

-No, yo estoy de acuerdo con la concepción de que Mallorca es lo internacional.

-Charles Aznavour, canta en francés y es una de las caras de Francia, siendo armenio. Concha Buika, mallorquina de ascendecia guineana. ¿Se ve usted como una de las caras de España?

-Yo me veo como una de las caras del mundo. Y siento que todo aquel que lucha por algo así, no tiene cerrada ninguna frontera.

-Ha trabajado con Nelly Furtado y con Tomeu Penya. Dígame, ¿qué les une?

-Absolutamente nada, creo (risas). Tomeu Penya fue uno de mis grandes maestros.Me siento muy orgullosa de ser una de las chicas 'Penya'. Así como existen las 'chicas Almodóvar', yo soy una 'chica Penya'. Crecí en su escuela. Mira, la suerte que he tenido en esta profesión es tener muy grandes maestros y muy buenos soldados a mi lado. He podido recibir grandes lecciones de Chick Corea, de Pat Metheny, de músicos muy grandes. El mayor de todos para mí ha sido Jacob Sureda. Es la persona que me enseñó a, prácticamente, entender que yo no es que tuviera que aprender música, si no que yo era música y a cómo poder traducir todo lo que tenía dentro; sacarlo fuera y que fueran canciones. Creo que la maestría es algo que se gana con el tiempo, pero hay maestros muy jóvenes. Jacob era muy joven cuando me estaba enseñando todo eso y era aquí, en Mallorca. Todo empezó aquí.

-Una de sus canciones tiene por título Carry your own weight. En román paladino, aguantarse a uno mismo. ¿Qué es lo que más le pesa de su vida?

-Pensar en lo corta que es. Yo es que me lo paso muy bien. Aunque a mí no me pesa nada. No nací para ser víctima. Me aburre muchísimo el victimismo. Soy loca por decisión propia. Es duro lo que ahora voy a decir; pido disculpas a los que se ofendan, aunque haya mucha gente a quien todo le ofende. Eso es pura elección. No creo en la culpa como algo que estés obligado a sentir. Creo que también es otra elección. Creo en la responsabilidad; en ser responsable de que la he 'cagao', lo he hecho como el culo. Con la misma alegría cuando me ofrecí a hacerlo y me equivoqué, me ofrezco para solucionar, ser parte de la solución. La culpa te anula; te hace imbécil; te quedas en tu cuarto, encerrado. No quieres enfrentarte a lo que has hecho, es absurdísimo. Escogiste mal, bueno...Ahora puedes solucionarlo, no pasa nada.

-"La persona más peligrosa es aquella que está llena de miedo; esa es a la que hay que temer más", dijo el decimonónico Ludwig Börne. Hay que Vivir sin miedo, asevera usted. ¿Es motivo suficiente para no temerla?

-No creo que el miedo sea malo. Lo que considero malo es la desubicación de las cosas. El miedo es algo que debes tener en su sitio. Es un ruido que está en tu cabeza. No creo que haya que vivir sin miedo; no hay que vivir del miedo, ese es el matiz. Creo en el miedo, pero también creo en su opositor, que es el valor. Somos grandes profesionales del miedo, ya sabemos cómo es. Bueno, ya está. No hay que posicionarse siempre en ello.

-Usted es autodidacta. ¿Qué o quién le inspiró para llegar a donde ha llegado?

-En definitiva, mi madre. Cada palabra, cada bofetón y decisión suya. Y la influencia de mis hermanos, tíos y abuelos. Soy muy familiar. Tengo una particularidad: cuando estoy por ahí, para las personas que no conozco, me cuesta arreglarme; pero cuando voy a ver a mi familia, me pongo muy guapa. Lo soy todo por ellos.

-Si tuviera que estudiar canto, qué escogería: la Scala de Milán, el Conservatorio de París o las calles de Nueva Orleans?

-Ay mi madre...Jamás estudiaría canto. Y lo digo con todo mi corazón. Lo que volvería a hacer, es volver a ser valiente a la hora de vivir. El estudio del canto es ser valiente a la hora de contar las cosas; no esconderte, si fuiste el responsable. Aprender a cantar es aprender a contar las cosas. Y conste que soy gran admiradora de las cantantes de ópera. Son las tótem. Soy fan total de ellas, pero jamás estudiaría canto.

-¿Cómo se define a sí misma, como cantaora de flamenco, de soul, de jazz o R & B?

-Odio el psicoanálisis. Nací en casa pobre. Soy de sopa seca. Soy una nota libre. ¿Puedo coger todo?

-Dos canciones suyas acompañan la banda sonora de La piel que habito de Almodóvar. ¿Cómo surgió esta colaboración?

-No recuerdo bien. Él nos llamó y fuimos para allá porque él es un genio. Durante toda mi vida, sé que voy a ver muchas cosas que me voy a llevar a la tumba y un par de ellas van a ser planos de películas de Pedro. Te lo juro por Dios. Me llame cuando me llame, voy a ir para allá porque soy soldado de los buenos generales.

-Díganos en qué aspectos de su profesión el feminismo prestaría atención.

-No es tiempo ya de eso. Es el momento de que estemos todos bien. Tenemos que llamarnos de hermanos, hay que luchar codo con codo.

-"Cuando estoy sola es cuando me encuentro en el mayor de mis paraísos". Son palabras suyas. Pues, ¿se siente vulnerable en la calle?

-Yo nací en una isla, Mallorca, que es la cuna de las capitales del hiperrealismo. Quiero decir, a ti te gusta el skate o quieres ser rapero. Pero viene tu padre y te dice: "deja de hacer el gilipollas y estudia algo que valga la pena para ser una persona de provech0". En otros países, como EEUU, con 15 años te dicen todo lo contrario: "¿Sabes que con tu talento podrías llegar muy lejos y ganar millones con tus firmas?". Si superas el hiperrealismo de Mallorca, vayas donde vayas en el mundo, triunfas.

-Pasemos a Marcel Proust. ¿Qué cambiaría de usted?

-No nací con capacidad para hacerme esa pregunta. Con todo lo que ocurre en el mundo, antes cambiaría mil cosas de él que mías.

-La segunda de Proust. ¿Cuál es su mayor miedo?

-Después de haber estado metida en candela, lo que más miedo me daría sería no volver a tener miedo.

-La última. ¿Su idea de felicidad perfecta?

-La sonrisa de mi hijo. Demuestra que la felicidad no solo existe, sino que está conmigo siempre.