Llorenç Barber y Montserrat Palacios realizaron, el pasado martes, un concierto de campanas en Pollença, una actividad enmarcada en la Tercera Semana de la Arquitectura que organiza el Club Pollença.

Este es el segundo concierto de campanas que Barber realiza en la isla. El primero fue en 1989, en solitario, en el Encontre de Compositors X, organizado por la Fundació ACA. Ese año sonaron distintos espacios religiosos, el eje central fue el campanario de la Catedral de Palma. El martes se tocaron diez campanas de Pollença. Empezaron con una presentación a dos voces, simultáneamente, con dos técnicas vocales que se complementaban.

Posteriormente, acompañados de músicos de la isla, realizaron su intervención de arte sonoro público. Un concierto donde el escenario lo podía elegir la persona que quisiera escucharles. En la calle, sentados en una pared, en una terraza, caminando. Escuchas directas e indirectas. El sonido iba ocupando distintos espacios. Cada escuchador creaba su propio discurso sonoro. Su bagaje musical, la asociación del sonido de la campana con su propia historia vital. Recuerdos de fiesta, de duelo.

Barber y Palacios desean que cada persona experimente el arte de la composición por sí misma. Ampliar las posibilidades de la escucha de este mal nombrado, según Barber y Palacions, objeto sonoro. La campana.