La noche del martes Carolina Cerezuela y Jaime Anglada protagonizaron un íntimo concierto en La Movida, el café-concierto de Palma que apuesta por el directo . Unas 200 personas asistieron al concierto. Pudieron ser más, pero el aforo se completó cuando aún quedaba gente fuera. Sobre el escenario desgranaron cada una de las canciones del que es su primer disco juntos, Manzana de caramelo. Los dos cantantes estaban acompañados de tres músicos, que llenaban el ambiente con un bajo, una guitarra y la batería. Aunque en las canciones más delicadas y románticas, Cerezuela y Anglada se valían por sí solos.
La radiante sonrisa de Cerezuela brillaba en la oscuridad de la sala. Su voz dulce pero potente se compaginaba a la perfección con el particular rock de Anglada. Ella fue la encargada de reflexionar sobre el significado de cada una de las canciones. Además, explicó el curioso origen de la unión entre los dos cantantes. La naturalidad y proximidad con el público hacían más plácida la actuación.
El público también se convirtió en protagonista. Con solo unos meses en venta del disco, muchos de los espectadores cantaban al unísono sus canciones. Familiares y amigos de los músicos quisieron acompañarles durante la noche. Entre ellos se encontraban el marido de la cantante, Carlos Moyá, y la presentadora, Victoria Maldi.
Su querida Mallorca
El amor por la isla se hizo presente sobre el escenario. "Mallorca me ha dado mi familia", confesaba Cerezuela. Por ese motivo la cantante se atrevió a cantar Cridaré el teu nom de Anglada en catalán. De repente, su acento alicantino desapareció para convertirse en un perfecto catalán. La auténtica voz de Anglada y su querida harmónica se fundieron en una melodía que inspiraba amor. La complicidad musical entre los dos cantantes fue la principal protagonista de la noche.
