Después de ocho años como director del Cor de Pollença y un total de 68.000 kilómetros recorridos para asistir cada jueves a los ensayos de la formación coral, Joan Laínez se ha despedido del coro pollencí con un gran concierto de gospel que reunió la noche del jueves en el emblemático Claustro de Santo Domingo a unos 220 coristas y a un millar de espectadores que no se quisieron perder la despedida "de este director tan simpático que siempre sale en televisión", según comentó una de las vecinas.

La coral anfitriona junto a la de Sant Joan, Felanitx, Ses Salines, el Cor de Cambra del Conservatori de Felanitx y el Cor Ciutat de Mallorca fusionaron sus espíritus para entonar todo un repertorio de gospel y hacer las delicias de los espectadores congregados en el claustro. Teo Salvà a la batería, Noel Quintana al piano y Luis Montes al bajo contribuyeron con su acompañamiento musical a que la noche fuera perfecta. Los coristas saltaron al escenario con Hossana para luego interpretar una de las canciones más conocidas del género como es Amen. El ritmo y la alegría que se desprendía del escenario contagió al patio de butacas, que incluso se atrevió a cantar algún que otro estribillo. Y es que era imposible no mover las caderas con los ritmos de Swing Low, Everytime I feel the spirit o Joyful Joyful.

El recital tomó un cariz algo más profundo con Breath of Heaven, Total Praise o Deep River, pero lo que está claro es que la música gospel es sinónimo de no andar solo en esta vida, siempre hay un guía como reza la canción Order my steps in your word. Y en la noche del jueves, Laínez estuvo más que arropado en su despedida ya que además de un caluroso y emotivo aplauso tanto del público como de los cantantes, el alcalde Miquel Àngel March quiso agradecerle su dedicación a la formación coral y le entregó una placa de recuerdo. Un tanto emocionado, Laínez cogió el micro y pronunció un sentido agradecimiento tanto al alcalde actual, que se ha encargado de consolidar el coro, como al responsable de Cultura de la anterior legislatura, Miquel Llobeta, que luchó para salvar a una coral con más de 75 años de historia que estuvo a punto de desaparecer. En este parón para los agradecimientos, se hizo entrega de unos recuerdos y de unos ramos de flores a las directoras de las corales participantes (Joana Estelrich, Cati Garí, Margalida Massutí y Alejandra Carrizo), ya que "sin ellas no habría sido posible montar un proyecto de esta envergadura", admitió Laínez, quien antes de retomar el concierto deseó toda la suerte del mundo "y mucha paciencia" a su sucesor, Mati Saez. Así, la velada tomó un cariz más íntimo con la Cançó D'Osman, que interpretó Joan Laínez al piano junto a sus "nines" de Pollença. Una emotiva despedida que hizo saltar alguna que otra lágrima.

El público, de pie

Ya de nuevo en la tarima, la fuerza y la pasión que siente el director por la música contagió a los 220 coristas con un Oh happy day que levantó al público de sus sillas para acabar acompañando a los coristas en la última pieza de la noche. Un gusto de la velada.