Terrazas llenas, aroma a pescado y turistas por doquier. En un recodo del barrio de Sa Llonja, frente al Consolat de la Mar, un grupo de veinte personas aguarda para una visita cultural nocturna, un plan alternativo al terraceo y la cerveza de verano. El Govern descorchó anoche los recorridos comentados al Consolat y Sa Llonja a la hora en que se pone el sol. El motivo: ofrecer la oportunidad al ciudadano de contemplar este patrimonio público desde un prisma y luz distintos. La jefa de la Secretaría de Atención al Ciudadano, Rosa Bestard, detalló que de momento las visitas -gratuitas- son en catalán y castellano, "por eso están principalmente dirigidas a los habitantes de las islas". Asimismo, especificó que se llevarán a cabo cada jueves hasta el 29 de septiembre en dos turnos: a las 20.30 y a las 21.30 horas. La reserva es imprescindible y puede hacerse a través de la web del Govern (www.caib.es), por teléfono (971 176 235) o enviando un correo electrónico a consolat@caib.es.

El recorrido arranca en la sede de Presidencia, un edificio que empezó a construirse en el siglo XVII. "También fue Museo Marítimo y estuvo aquí la Jefatura Provincial", explica la técnica de Protocolo del Govern Ana Martí. En sus comienzos, era un edificio anexo a Sa Llonja y después se instaló en él el Real Consulado de Mar y Tierra. En la primera sala de la visita, la capilla, Martí repara en las diferentes pinturas que decoran la estancia: la de los presidentes autonómicos y el magnífico paisaje de Eliseo Meifrén, de la colección del Museo del Prado. Ya en la planta noble del inmueble, en la antesala del espacio donde se celebran los consells de Govern, una gran panorámica al óleo de Miquel Bestard supone un retrato fidelísimo de la Palma del siglo XVII. También destacan un tapiz flamenco del mismo siglo y una escultura de Miró. El genio catalán es sin duda el gran protagonista en las paredes del despacho de la presidencia.

Durante la bajada y poniendo rumbo al patio del Consolat, cabe detenerse en las esculturas de las escaleras, réplicas de las que están actualmente en el Museu de Mallorca. "Estaban en estos jardines en los que nos encontramos ahora", puntualiza Ana Martí, quien comienza a enumerar los elementos escultóricos más interesantes de la fachada de Sa Llonja: una Virgen con niño de estilo borgoñés, el ángel distintivo de los mercaderes, una Santa Catalina, un Sant Nicolau, una Santa Clara y un Sant Joan.

Guillem Sagrera comenzó a construir la lonja en 1426. En su interior, cabe fijarse en las seis columnas helicoidales así como en los pequeños elementos decorativos. Por ejemplo, las esculturas de los evangelistas.

Si hay que destacar un aspecto en el recorrido, es el acceso a las terrazas después de ascender 83 escalones. Un mirador privilegiado al que no se podía acceder desde que el inmueble fuera restaurado en 2010. Los primeros ciudadanos que anoche subieron a las cubiertas -entre ellos se contaban algunos de los guías oficiales que harán la visita- fotografiaron la ceremonia de luces que decoraba la bahía y pudieron espiar cual James Stewart en La ventana indiscreta los pisos vecinos del centro histórico. Alguno con jacuzzi.