Apesar de haber escrito la mayor parte de sus obras en la segunda mitad del siglo XX, Roald Dahl se convirtió casi desde el primer momento en un clásico de la literatura infantil (Charlie y la fábrica de chocolate, Matilda, James y el melocotón gigante, Fantástico Mr.Fox). La adaptación de Mi amigo el gigante tiene como aliciente ser el último guión escrito por Melissa Mathison (E.T. ni más ni menos) y contar como actor principal (transformadísimo en posproducción) del oscarizado Mark Rylance (El puente de los espías). Sobre la pizarra, los citados nombres más el de Steven Spielberg forman un dream team. La película no acaba de explotar esa acumulación de talentos. Quizás porque detrás está la alargadísima sombra de la productora Disney, cuya enseña es limar asperezas, agradar a todos y no impresionar a nadie. A Spielberg también le sale -no es la primera vez- similar vena amarrategui. Los niños ante todo; mayores, paciencia; similitudes con E.T., cambiemos de tema.
Todos esos peros, o frenos, los remonta una meritoria producción, con técnica de rodaje experimentada en Avatar, la inmensa (ripio pertinente) actuación de Rylance, la encomiable de Barnhill. Y, sobre todo, la fuerza, el espíritu, el carisma de Roald Dahl. Su reciclaje de leyendas y temas inmemoriales, sus magistrales jugueteos con el lenguaje (merece el esfuerzo ver la versión original), su humor (la escena/capítulo del desayuno con la Reina de Inglaterra es hilarante), su sensibilidad, su reivindicación del niño que todos mantenemos dentro. La película se disfruta y se valora por tanto en clave de Dahl, no midiéndola contra otros filmes de Spielberg.
MI AMIGO EL GIGANTE
***½
Nacionalidad: Estados Unidos, 115 min.
Director: Steven Spielberg.
Actores: Mark Rylance, Ruby Barnhill, Jemaine Clement, Rebecca Hall. Cines: Augusta, Ocimax, Porto Pi, CineCiutat, Cinesa Festival Park, Multicines Manacor.
