Más allá de los estampados frutales y coloridos, la vuelta de esta tendencia coincide con elementos que se extienden fuera de los dominios de lo textil o lo alimenticio. En concreto, hay que referirse a la música. Hace tres años, se cumplieron 20 años del lanzamiento de un disco, Tropicalia 2, que a su vez era un homenaje a los 25 años del nacimiento de un fugaz pero firme movimiento cultural que fue bautizado como "tropicalismo". En el año 1968 se lanzó el álbum Tropicália: ou Panis et Circencis, en el que participaron nombres tan carismáticos como Os Mutantes, Gal Costa, Caetano Veloso o Gilberto Gil. Fue la culminación de un género musical que supuso una revolución cultural y que con los años influiría en la obra de artistas como Beck o Devendra Banhart, entre otros. En 1993 Caetano Veloso y Gilberto Gil volverían a juntarse en un estudio para rendir homenaje a aquello que ellos mismos habían comenzado 25 años antes creando uno de los grandes discos de la historia de la música experimentando con las raíces del folclore de su país y las nuevas perspectivas que aportaba la vertiente musical más electrónica.

El coleccionista catalán Albert Petit, afincado en Mallorca, confirma el resurgimiento de la música de raíces tropicales. "Se está reeditando material brasileño, peruano, latino en general, tanto antiguo como más moderno", asegura. Un resurgir que vendría a completarse con la introducción de bases tropicales por parte de bandas actuales de rock o pop. "Están Biffanah y a nivel local el máximo exponente son los Ceremoney", comenta. También cabe mencionar a los barceloneses Extraperlo, a Papaya e incluso rizando el rizo el último trabajo de los Manel, Sabotatge, y alguna canción del Pegasus de Joan Miquel Oliver, entre muchos otros.

Petit llegó a la música tropical desde su profunda investigación del soul. "Fue a través del latin soul que fui abriéndome a otro tipo de sonidos latinos, como los brasileños, el tropical andino o la cumbia", confiesa. "Son músicas que surgieron a partir de la fusión de la música tradicional con la psicodelia y los sonidos tropicales", explica. Su ansia de conocimiento y de coleccionar discos motivaron un viaje a Perú que realizó en octubre pasado. "Entré en contacto con vendedores de material editado, músicos locales, etc.", relata. Aunque no es el único dj que pincha este estilo de música en la isla, sí es el más importante coleccionista de este estilo. Ante esta tendencia tropicalista que invade saraos y festivales, Petit lanza una advertencia: "Se está usando mucho la etiqueta tropical porque está de moda, pero a veces no es más que una excusa para montar fiestas sin un contenido interesante", sostiene.

Al tiempo que se escribe este reportaje, nace en Palma una conjunción de djs bajo el nombre de Uahira. Detrás están la fotógrafa Aina Losange y Mr. Misterioso, un creativo audiovisual y productor musical que prefiere permanecer -de momento- en el anonimato. "Yo estaba muy motivada con la cumbia y el electro-latino", comenta Losange. "Desde que cerró el Cultura Club, ya no se pincha indie clásico. Y creo que la gente empezó a demandar un poco más de caña", opina. Este dúo tropical, que también cuidará mucho la estética y el atrezzo, establecerá sinergias entre distintos géneros musicales, "siempre sin abandonar la base tropical". "Uno de mis referentes es Meneo, un dj y productor de Guatemala que reside en Madrid, que ha actuado varias veces en la isla y que pincha latino alternativo", indica. Losange, que será residente en el Maraca Club los jueves, espera poder estar en dicha sala con Mr Misterioso y bajo el proyecto de Uahira una vez al mes. "Es un poco una locura lo que estamos preparando, pero sabemos lo que estamos haciendo", concluye.