La palabra de Ramon Llull emocionó ayer a una Seu abarrotada de público. El homenaje organizado por la Obra Social 'la Caixa' al escritor y filósofo mallorquín fue todo un éxito. Cerca de dos mil personas aplaudieron las dos actuaciones programadas: la de Maria del Mar Bonet, que cautivó al auditorio con su voz y su carisma; y la del conjunto vocal e instrumental Gabrieli Consort & Players, que demostró su poderío con la interpretación del Réquiem de Mozart.

Bonet se erigió en la gran protagonista. A pocos meses de cumplir 50 años sobre los escenarios, la cantante y compositora desplegó en la Catedral toda su magia. Conectó con el público desde la primera nota y hasta el final de su actuación mantuvo la tensión. Frente al color de los ganadores -"lamento que España haya votado azul con tanta corrupción", confesó a este diario un día antes-, optó por el rojo. "Estoy contenta y conmovida por cantar en la Seu", fueron sus primeras palabras. Y tras presentar a los músicos que le acompañaban (Dani Espasa al piano, Vicenç Solsona a las guitarras, Tóbal Rentero al arxillaüt y bandurria, Antonio Sánchez a las percusiones, Miquel Àngel Cordero al contrabajo y Aleix Tobias a la batería), acudió a Alenar para viajar a sus primeros años de juventud, sus primeras canciones escritas, sus vivencias personales e íntimas en la Barcelona de los setenta.

De la Seu, un monumento que Bonet lleva en el corazón, se trasladó hasta otro tesoro de la isla, la Serra, en concreto a Bàlitx, para entonar La mort de na Margalida, canción popular glosada que cuenta la trágica muerte de Margalida Servera. El segundo tema de la noche, Petita estança, también tuvo dedicatoria, para su amigo del alma, el fotógrafo Toni Catany (1942-2013). El mayor de los aplausos llegó con uno de sus grandes clásicos, Què volen aquesta gent?, escrita como denuncia de la represión franquista.

La segunda mitad de su recital se lo brindó a Ramon Llull. "El amor es la causa de las causas", recordó antes de ejecutar L'amor és mar desfeta. El mensaje del beato caló hondo en una Seu que se entregó a la música oriental. "Llull buscaba Oriente en sus viajes y yo he buscado también Oriente para decir Llull", señaló Bonet.

La mallorquina dio paso a Gabrieli Consort & Players, grupo dirigido por Paul McCreesh. Con ellos interpretó La dama d'Aragó y Dansa de la primavera, para luego dejar el protagonismo al conjunto británico, que con coro y orquesta, y con unos solistas sobresalientes (la soprano Charlotte Beament, la contralto Helen Charlston, el tenor Jeremy Budd y el bajo Ashley Riches), interpretaron el Réquiem de Mozart.

Una hora antes del concierto ya se produjeron grandes colas frente a las dos puertas abiertas de la Seu para la ocasión, el portal Major y la s'Almoina. Se colocaron 1.900 sillas y prácticamente todas acabaron ocupadas. En las primeras filas se pudo ver a la presidenta del Govern, Francina Armengol; al director territorial de CaixaBank en Balears, Xicu Costa; al vicepresidente del Consell Francesc Miralles; y al obispo de Mallorca, Javier Salinas.