Los galeristas han vuelto a mover a la ciudadanía en cantidades no poco estimables. Una proeza si consideramos que ésta es la primera edición del ArtPalma Summer, un evento con cero rodaje, y que el consumidor mallorquín de cultura suele ser bastante conservador en sus hábitos. Si se acerca la lupa al público que ayer llenó de manera discontinua algunas de las galerías de Palma, sobre todo las que inauguraban proyectos, la conclusión a la que se llega es que el visitante extranjero fue bastante numeroso (sobre todo en Kewenig y Pelaires) y que el espectador local procedía mayoritariamente del sector artístico. "Esperábamos menos gente", confiesa Frederic Pinya, presidente de Art Palma, la asociación organizadora de la actividad. "También nos ha sorprendido que a las visitas guiadas en inglés hayan acudido más de 20 personas de fuera de Mallorca entre coleccionistas y profesionales", celebra. En su espacio, Pelaires, las visitas se concentran en la primera planta, donde sorprende el montaje de la exposición de Nicholas Woods. Lienzos dispares en tamaños y temáticas se reparten de manera intuitiva y conscientemente anárquica por las paredes. Entre el público, se distingue al alcalde de Palma José Hila (el único político que los galeristas vieron pasear por los espacios; hay que recordar que ayer se dio el sus a la campaña electoral), al pintor Rafa Forteza o al abogado y coleccionista José María Lafuente.
La Kewenig se convirtió ayer en uno de los epicentros de la peregrinación artística. Las fotografías del alemán Edgar Herbst, divididas entre sus trabajos más populares publicados en revistas y las instantáneas de cariz más personal, fueron muy aplaudidas. El diplomático y colaborador de este diario Jorge Dezcallar le dio la enhorabuena al artista allí presente, con quien pudo departir. "Si buscas la foto, nunca la encuentras. Es la foto la que viene a ti", sostiene Herbst frente a una instantánea de un partido de fútbol. "Ésta la hice un poco ebrio, cuando ya estaba totalmente relajado y poco pendiente del momento de disparar", concede. Sin duda, hay un punto de vista sarcástico y hasta caricaturesco en las escenas que inmortaliza, aunque él lo niega. "No es buscado, más bien yo creo que todas ellas tienen algo de mí", confiesa.
Con buen pie y generosa respuesta estrenó ayer L21 su proyecto Art Fair. "A las 18 horas, la sala estaba completa para la primera charla", explica su responsable, Óscar Florit. A las 20, Jordi Pino, director de Sant Andreu Contemporani, congregaba también a numerosos rostros del sector: Ian y Pau Waelder, Marina Planas, Marta Pujadas o Pau Andreu Sitjar, entre otros. En la galería apenas quedaban asientos libres.
Además de la galería Maior, con buen flujo de visitantes durante toda la tarde para contemplar la estupenda obra de Eulàlia Valldosera, fue parada obligatoria la nueva Fran Reus. Antes de que tocaran las 20 horas, el comisario Fernando Gómez de la Cuesta iba al frente de una comitiva de coleccionistas y profesionales, entre estos últimos, Francisco Copado, el actual director de la Fundació Pilar i Joan Miró.
Las cartografías interiores de Damià Vives en la Reus y dentro del programa Noves Presències recibieron también a muchos espectadores. Por allí pasaron los artistas Teresa Matas, Marcos Juncal o Tià Zanoguera, la comisaria Pilar Rubí, el fotógrafo Miquel Julià o el director insular de Cultura Rafel Creus.
Durante el recorrido, también realizado por la directora del Taller 6/A Bel Font y por los artistas Santiago Villanueva, Joan Cortés, Nauzet Mayor, Carles Gispert o Tomeu Coll, entre otros, se ofreció asimismo un concierto de los Germans Tanner en la Xavier Fiol además de las exposiciones de Ñaco Fabré, Alicia Framis (Horrach Moyà), Joan Costa (Abba Art) o Kira Ball (La Caja Blanca), que ya pudieron contemplarse en el último ArtPalma Brunch.
Lo que ayer no pudieron hojear todavía los visitantes es la publicación Art Palma News -pendiente de las traducciones para su impresión-, apoyada por Sotheby's International Realty. El fin de fiesta se trasladó al bar Pesquero.
Si este año cero del Art Palma Summer ha funcionado bastante bien -y digo cero porque todo se ha resuelto muy deprisa y casi en el último minuto-, el próximo año toca subir peldaños y planificar mejor.
