"¿Recuerdas Ayacucho? El frio, la rabia, la adrenalina, la furia." Dos hombres cargados de cervezas en un bar de la periferia limeña. ¿Nostalgia de alguna aventura pasada? Peor. Comparten recuerdos de cuando torturaban en la no lejana dictadura. Uno de ellos (Magallanes/Alcázar) trabaja como taxista y saca a diario a pasear al que fue su coronel en el cuartel/prisión. Un hombre mayor (Luppi), acomodado, discapacitado y muy senil. Un día Magallanes se topa con una de sus víctimas, una medio indígena (Astengo) que fue amante forzosa del coronel durante un año. Se le ocurre, para redimirse, chantajear a la familia del ex militar y ayudar a la mujer, entrampada con una usurera.
Toda la película ocurre en tiempo presente, sin flashbacks truculentos e innecesarios. Sólo personajes en sus variadas luchas diarias. La mujer intenta ganarse la vida y cuidar a su hijo; el coronel y su familia vivir en su jaula dorada, como si nada hubiera ocurrido; el amigo psicópata volver a disfrutar un rato más de lo que él entiende por acción. Magallanes, con su quijotesco plan, pone a todos frente el espejo y choca estrepitosamente contra el suyo. Ninguno sale indemne, aunque tampoco acaba en tragedia. Película de revolverse en la silla más que de cerrar los ojos. Guión impecable, con varios giros inesperados y acertados. El desenlace, la perorata de la chica en lengua indígena, sin subtítulos, es un botón de muestra de que el director apenas ha hecho guiños a la galería. Interpretaciones soberbias, Alcazar, Luppi y Astengo muy por encima de los demás. Drama potentísimo, sabiendo a lo que se va.
