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Crítica de cine

Patata ardiente

Como ejercicio de suspense, Espías en el cielo es potente. Parece incluso que flirtea con el antimilitarismo: una operación antiterrorista en una país africano de influencia inglesa. Un microdron enviando imágenes desde el interior de una casa, otro a miles de metros sobre el cielo listo para lanzar un par de misiles, una niña en el peor sitio y el peor momento monta un puesto callejero de pan y provoca un maremágnum de dudas en los dirigentes y militares políticos que supervisan esa operación. Ninguno quiere asumir la responsabilidad final; todos intentan pasar la patata caliente al superior o al vecino. Los militares incitan el gatillo fácil pero siempre asegurándose de que un algún político les haya respaldado. Los dirigentes electos saben que si algo sale mal serán los primeros en probar el estanque de los cocodrilos.

La ambientación (despachos lujosos y suburbios africanos) está muy lograda. La actriz Helen Mirren (La reina) se impone sobre el resto del reparto.

Paso al fondo: La reciente El francotirador al menos no engañaba. Eran buenos contra malos, civilizados contra bárbaros, demócratas contra autócratas. Aquí nos intentan vender que los drones militares son unas armas muy avanzadas porque afinan muchísimo los objetivos y reducen los daños colaterales, las bajas civiles, al mínimo. Además, en los momentos clave consultan a los políticos todas las veces que haga falta; y además, los soldados de rangos inferiores que se ocupan de apretar el gatillo de los drones son unas personas muy sensibles con opción de negarse si consideran que esas bajas civiles son inasumibles. ¿Alguien se cree eso?

Espías desde el cielo

ee uu, reino unido, 102 min.

Director: Gavin Hood. Actores: Helen Mirren, Aaron Paul, Alan Rickman. Cines: Augusta, Porto Pi, Cinesa Festival Park.

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