Guillermo Viteka nació en "el lugar de la Península Ibérica más alejado del mar, en plena meseta castellana, en el madrileño barrio de Chamberí", pero ya desde pequeño sintió "una inmensa atracción" por la navegación y el mundo marino. Una pasión que, con el tiempo, pudo cultivar primero en Cala d´Or y posteriormente en el resto de la geografía mallorquina, y que ahora culmina con Mallorca. La isla querida. Un conjunto de "relatos que llevan a tiempos inolvidables" con el que ofrece al lector la posibilidad de descubrir "un mundo para muchos desconocido".
"Todo comenzó cuando mis padres vinieron a Mallorca hace setenta años. Compraron un carro con burro y recorrieron de esta forma la isla durante seis meses. Yo puse pie en la isla por primera vez diez años más tarde. El viaje a Mallorca desde Madrid en tren y barco fue una emocionante aventura que duró más de veinte horas", recuerda Viteka.
La ensaimada, Las nubes, Medusas, El sifón o El ´todo incluido´ son algunos de los capítulos de un libro escrito cronológicamente, con un estilo "personal e irónico", expresado tanto en los textos como en los dibujos, también obra de Viteka. La obra cuenta con prólogo de Bartolomé Bestard, quien durante cuatro décadas estuvo al frente de la Agencia Consular de Estados Unidos en Balears. "Es un mallorquín excepcional y un gran amigo. Admiro su personalidad así como su singular dedicación e incansable labor en difundir dentro y fuera de Mallorca, incluyendo EE UU, la vida y obra de Fray Juníper Serra. Como agente consular se hizo cargo de promocionar Mallorca con todas sus posibilidades", destaca.
Viteka, que actualmente vive a caballo entre su "isla querida" y Suiza -"mis padres nacieron y se criaron al pie de los Alpes austríacos y a orillas del Danubio"-, recuerda que los mallorquines "han conservado desde tiempos inmemoriales sus tradiciones y peculiaridades y son descendientes de una incomparable historia".
En su opinión, el humor del mallorquín "es insular y especial; no lo transmite con chistes callejeros sino con anécdotas, relatos e historias cómicas e inusuales".
En las páginas de Mallorca. La isla querida, el lector podrá bucear en una Mallorca casi idílica, desconocida para muchos. "Para los que no tuvieron ocasión de vivir aquel tiempo podrán descubrir encuentros con personajes de la isla, episodios juveniles y descripciones de paisajes que ya no existen".
Mallorca, que para este verano espera más de diez millones de turistas, continúa conservando muchos de sus tesoros naturales, asegura Viteka: "Mallorca no ha dejado de ser un paraíso aunque urbanizaciones y contrucciones turísticas manchan bastantes de sus zonas costeras".
"Muchos de esos rincones paradisiacos -agrega- los describo en mi libro. Parte de ellos han desparecido pero por fortuna se han creado zonas protegidas y parques naturales".
"A partir de los 70 y en las posteriores décadas se construyó el máximo de alojamientos turísticos sin respetar el entorno y el futuro ecológico de la isla. Los controles y restricciones en la construcción se establecieron demasiado tarde", concluye un escritor que mira con recelo a la ecotasa: "La ecotasa como impuesto turístico no es un invento insular. En varios países europeos se conoce un impuesto turístico incluído en todos los precios de estancia en hoteles, apartamentos y demás alojamientos turísticos. Antes de implantar la ecotasa se debería informar detalladamente para qué en concreto se van a utilizar los ingresos".
