Afollada no es sólo un libro que versa sobre la maternidad truncada o descartada por elección propia. Afollada es también una reflexión sobre otras fertilidades posibles, como el propio acto de escribir o de amar en otros escenarios distintos al materno (o paterno)-filial. Porque la criatura también se puede alimentar con versos, "salen, también, del pecho y hacen crecer", escribe su autora Laia Martinez i Lopez. El cuarto poemario de una de las voces jóvenes más activas y sólidas de la poesía catalana, editado por primera vez en un sello del Principat, LaBreu, se presenta hoy a las 20 horas en Literanta.
Laia plantea los temas del libro a partir del diálogo o juego entre una oreneta -o golondrina- y la voz de una mujer "que no es capaz de dar lo que se supone que ha de dar en esta sociedad, pero ella se siente totalmente llena de energía, de historias y de amor", explica.
El tono que emplea la protagonista es encarnizado, directo y a veces profundamente doloroso, como de duelo o luto. Es el tono de una voz poética más madura que necesita expresarse a partir de la crisis interna que se despierta entre su propia biología y la razón. "Siempre he creído que era muy autónoma, libre y muy capaz de controlar mi cuerpo y hacer lo que me viniera en gana; pero de golpe, el animal empezó a entrar en contradicción con el cerebro. Y por primera vez en mi vida ha ganado el cerebro", comenta la escritora, cuya elección de citas y/o homenajes a otras autoras en estas páginas es muy elocuente: Sylvia Plath, Anne Sexton... Todas ellas mujeres heterodoxas y con difícil encaje en la sociedad que les tocó vivir. Pero también hay guiños a otros creadores diferentes y subversivos: Bowie, Àngel Guimerà, Lost Fills, PJ Harvey...
"Tener hijos o no tenerlos supone una gran lucha interna y externa. Externa porque existe una presión social enorme. Es un tema que cuesta mucho que salga en las conversaciones, incluso con otras mujeres. Y leyendo diarios y autobiografías de otras autoras o creadoras me he dado cuenta de que no acaban de sincerarse del todo con la cuestión por un tema de moralidad externa", argumenta la poeta. Por ello, Laia necesitaba ir directa a la cuestión y hacerlo a su manera, poco ortodoxa y a la vez muy desnuda, muy expuesta. "Creo que este libro es un canto a la libertad", asegura. "Pienso que una mujer puede ser igual de feliz y fértil sin ser madre, porque la fertilidad puede estar en muchas partes".
Los significados de Afollada -echada a perder- se expresan hasta en tres ocasiones con dibujos de la propia poeta. "Ya había algunos en L'estiu del tonight, tonight, y gracias a la valoración que me hizo Max decidí rebuscar en mis libretas y salvé tres", comenta. "Los poemas a veces no me salen y en ocasiones toman forma de dibujos y en otras de melodías, que se las paso a Jaume [Reus] para Jansky [el dúo de electroversia que tiene con él].
La naturaleza, la de sus orígenes en Berga, apuntala las imágenes poéticas. La infancia y la presencia de los padres también atraviesan los versos.
Cierra el libro un fantástico epílogo de Antònia Vicens: "Afollada és la història de la Passió d'una dona. Perquè si conté el miracle de la maternitat, de la vida, també amaga una cel·la de càstig. Ser una dona i tant sí com no haver de suportar el plor dels fills que no han nascut. Que se t'han quedat a dins. A un racó de l'ànima".
