En su primera comparecencia pública desde que comisarios y críticos impugnaran el nombramiento de Francisco Copado como máximo responsable de la Fundación Miró, el director-gerente confesó ayer que estos dos meses "no han sido fáciles porque el ruido siempre acaba por distraerte".

Preguntado en los pasillos de la Miró por cómo había digerido la noticia de la impugnación, Copado recordó que "me centré en el trabajo y traté de ignorar el ruido alrededor de este tema. El ayuntamiento de Palma me dijo que no me preocupara" y que confiaba en su curriculum y proyecto.

"En dos meses hemos cerrado una programación expositiva a dos años vista, algo que nunca antes se había logrado en la Miró. Pero no ha sido fácil porque el ruido siempre acaba por distraerte. Intenté no preocuparme al respecto", reconoció.

Copado fue elegido el pasado mes de febrero nuevo director de la Miró con la unanimidad del tribunal, sustituyendo en este cargo a Elvira Cámara. Tiene dos años, renovables por otros dos, para desarrollar su "proyecto integral", siempre y cuando la impugnación del concurso, presentada por su "falta de experiencia significativa de dirección o gestión de museos", no lo impida.