-¿Qué fue lo primero que le enamoró: el canto, el baile o la interpretación?
-El baile, sin duda. Mi madre estudió gimnasia rítmica, por lo que siempre estuve unida al mundo de los artistas. Al ver que yo siempre estaba dispuesta a bailar ante la familia decidió apuntarme a una academia, donde descubrí a mi segunda madre, la directora de ese centro, que me animó a especializarme en todas las disciplinas: el canto, la interpretación, el claqué... Tendría unos siete años.
-Con el tiempo protagonizaría El rey León, Mamma Mia, La ratita presumida... ¿El género del musical está en su ADN?
-Sí. Además, fuera del escenario, lavando los platos o barriendo la casa, siempre estoy cantando. No puedo estar sin cantar, bailar y actuar.
-¿A quién le recomienda L’aneguet lleig?
-A todo tipo de público. Se trata de un musical familiar que va dirigido tanto a los padres como a los niños. Hay toques de humor para los padres que los niños no entienden y también los hay para los niños. Las canciones enamoran a todos por igual. La obra es muy amena. Es un musical interactivo y el público veo que se lo pasa muy bien.
-¿Por qué dejó su Cuba natal con tres añitos?
-Porque mi madre se enamoró y tuvimos que venir a vivir a Barcelona. Mi infancia en Cataluña fue maravillosa. Residíamos en Olesa de Montserrat, un pueblo donde no hay casi nada. Me pasé todos aquellos años cantando y bailando, dando saltos sin parar.
-¿Por qué ha decidido afincarse en Madrid?
-Porque es en Madrid donde se hierven los trabajitos.
-¿Tiene que soportar mucha guasa en la capital por su condición de culé?
-Hay gente de todo. Unos que me dicen, sin ni siquiera conocerme o haber cruzado dos palabras: “¡Ah, de Barcelona, fuera!”; y otros que me reciben con los brazos abiertos.
-¿Qué ha significado para usted trabajar en series de televisión tan exitosas como Águila roja o Gym Tony?
-Un crecimiento brutal, personal y profesionalmente. Sentirme tan pequeñita con actores tan grandes te hace ver que esos intépretes tan grandes también son personas y muy compañeros. Tuve mucha suerte. Aprendí muchísimo, más aún siendo yo la esponja que soy.
-¿Alguna vez se ha sentido un patito feo?
-Sí, muchas veces, y siempre por el mismo motivo: mi color de piel y mi perfil. Que por otro lado es positivo. Al ser morenita y tener estas facciones tan latinas, hay muchos personajes en los que no encajo por mi perfil. Eso me frustra un poco pero es normal porque nuestra profesión es así.
-Cuando le llega un guión, ¿qué busca en el personaje que le piden interpretar?
-Siempre intento absorber todo lo que tiene el personaje y buscarle la verdad y la energía de tierra, para poder agarrarlo desde mi persona.
-¿Qué le robaría a Beyoncé, su mayor heroína?
-Todo. Beyoncé es maravillosa. Canta, baila, lo hace todo. Es una mujer completa y siempre se supera a sí misma. A pesar de ser una diva siempre está en constante evolución y nos enseña a los fans cosas diferentes y ricas en arte.
-¿En qué momento considera que está su carrera?
-Llevo muchísimos años trabajando pero sí es cierto que últimamente me va conociendo la gente. Es una sensación extraña, que te reconozcan por la calle y con tantos seguidores en Twitter y sobre todo en Instagram. Creo que mi momento ahora es de despegue. Despegando con una buena base.
-¿Qué proyectos tiene para este 2016?
-Bastantes, todos divertidos, interesantes y potentes, pero como no están firmados no puedo adelantar nada, no sea que se gafen. Pasan tanto por el cine como por la televisión.
-¿Cómo se trabaja a las órdenes de Agustí Villaronga, con quien rodó El rey de La Habana?
-Este señor es maravilloso y he aprendido muchísimo de él. Te conduce por donde él quiere pero siempre con amor y comprensión porque fue actor. Le admiro mucho. De verdad, le doy gracias a la vida por habérmelo cruzado en mi camino en este momento.
-¿Le ha llamado para que venga a verla al Xesc Forteza?
-Sí. Le escribí pero me contó que se iba de viaje y no podría venir.
-¿Entendió la negativa de las autoridades cubanas para rodar El rey de La Habana en la Isla?
-Me hubiera encantando poder rodar en Cuba pero se buscaron alternativas rápidas y se encontró la República Dominicana. El equipo de caracterización y ambientación hizo un trabajo muy bueno para que Santo Domingo pareciera La Habana.
-Dispuesta a soñar, ¿con qué director le gustaría trabajar?
-Con Almodóvar. Ya sé que es el sueño de muchas actrices pero me encantaría.