La Setmana del Llibre en Català (i la dona) levantó ayer el telón en Can Alcover con la escritora Rosa Planas como pregonera de esta XXVII edición, que está dedicada a las mujeres. Planas confesó que consideraba "el libro como uno de los objetos más extraordinarios que existen y, por ello, es necesario dedicarles la atención que se merecen y no hacerlos de menos subiéndoles el IVA como si fueran cosméticos o amenazando con quitarles la pensión a quienes los escriben, que tienen que hacer frente a todo tipo de dificultades e, incluso, dedicarse a otras profesiones para poder comer cada día".

La escritora vive rodeada de miles de volúmenes y admitió que los libros "son los únicos amigos que nunca te fallan". "Siempre te hacen compañía y son buenos en cualquier circunstancia, incluso tienen efectos curativos". "Aunque su futuro sea cuestionado por las nuevas tecnologías, sigo pensando que mientras haya libertad de pensamiento, el libro formará parte de nosotros y seguirá ligado a la existencia de quienes no se someten al poder del mercado y a su ansia sustitutiva porque son uno de los pocos objetos que no admiten la obsolescencia programada".

Tras este deseo, Rosa Planas descorchó su homenaje particular a todas aquellas librerías de su juventud que la nutrieron como lectora y que hoy en día ya no existen. De cada una recordó sus peculiaridades, olores y luces. Entre ellas, destacó la mítica librería Logos, la Tous, la Biblos o la Ereso. "Todas estas pérdidas fueron dolorosas", aunque admitió que fue muy difícil asumir la desaparición de Cavall Verd. "Estas pérdidas han sido el preludio de las que hemos sufrido en los últimos años. La más reciente fue la de Llibres Mallorca, un verdadero oasis de la producción hecha en catalán y por autores en lengua catalana", remarcó. "Su gran fondo era un tesoro y un descanso por todos aquellos que buscábamos un libro descatalogado". También tuvo palabras para la Dual, la Fiol o la Ripoll. "Todas ellas son espacios perdidos que no se pueden sustituir pero que viven en la memoria de aquellos que fuimos clientes y buscadores entre sus estanterías". "La personalidad, la independencia, un cierto caos y un grado de especialización", dijo, eran algunas de las cualidades que las hacían irrepetibles. Pero Planas también recalcó que "las nuevas librerías abiertas recientemente conservan estos mismos ingredientes. Adaptadas a los nuevos tiempos luchan por lograr lectores y competir en el complejo mundo de las nuevas tecnologías". Así, pidió el fomento de la lectura y de las políticas acertadas porque "todos somos prisioneros de la brújula de la política".

Y en una fiesta literaria centrada en la mujer, recordó que la literatura no entiende de géneros. "No estoy de acuerdo en la existencia de una literatura específicamente femenina", aseveró. Eso sí, criticó que nuestra cultura mantenga viva la servitud ancestral de una organización basada en la superioridad de los valores masculinos. "El mercado no se mueve por lo políticamente correcto si no que muestra su culto al cuerpo femenino como fuente de placer, banalizándolo. La mejor top model se caracteriza por no hablar, por no pensar, solo se exhibe. Es una feminidad de laboratorio", lamentó.

Antes de la pregonera, tomó la palabra el presidente del Gremio de Libreros, Antoni Sureda, quien resaltó que este encuentro de las letras catalanas levanta el telón con un nuevo formato pero con la misma idea de defender nuestra cultura en catalán. Atrás queda la centralización de libreros, editores y distribuidores en un solo espacio. Desde ayer hasta el próximo 12 de marzo, la Setmana del Llibre en Català se mudará a una docena de librerías con una doble intención: llevar más lectores a las librerías y que la defensa del libro en catalán sea permanente ya que los establecimientos se han comprometido a aumentar sus fondos de libros en lengua catalana. La directora del Institut Balear de la Dona, Rosa Cursach, destacó que los libros, las mujeres y la lengua catalana son tres anomalías que esta Setmana se encargará de dar visibilidad. Por su parte, el presidente de la Obra Cultural Balear, Jaume Mateu, recordó que "los pueblos que leen son bellos, sabios y libres". Aprovechó su parlamento para recordar que "invertir en cultura es invertir en derechos sociales". "Tenéis la responsabilidad de inocular el virus de la lectura", remató. El vicepresidente del Consell, Francesc Miralles, fue el responsable de cerrar los discursos y anunció que la institución insular impulsará un plan de fomento de la lectura. Por ello, invitó a libreros, escritores, editores y distribuidores a hacerlo posible. La fiesta de apertura de la Setmana del Llibre en Català finalizó ayer con un piscolabis y mucha lectura.