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Crítica de cine

Neuronas menguantes

Comparar Spotlight y La verdad duele es digno de estudio en academias de cine. Cómo con puntos de partida equivalentes (denuncias de infracciones flagrantes contra la salud o los derechos humanos), el primer ejemplo llega hasta el fondo del problema con rigurosidad, amenidad y emotividad, y el segundo cae en los peores vicios de los best-sellers: superficialidad, maniqueísmo y melodrama.

La historia real de La verdad duele arrancó en 2002. El forense de origen nigeriano Bennet Omalu, tras examinar a varios exjugadores de fútbol americano que fallecieron prematuramente, sostuvo que habían sufrido una patología equivalente a la demencia pugilística. Los dirigentes de ese deporte intentaron acallarle para evitar una riada de denuncias y una disminución de la afición a ese deporte. El guión de la película se centra demasiado en el doctor y el racismo de los ataques denigratorios, tan burdos y exagerados que logran parecer irreales. Lo complementa con una insulsa trama amorosa y una vergonzosa, por decirlo suave, oda al sueño americano. Y esquiva el fondo del asunto: esas lesiones cerebrales son consustanciales al deporte, está claro. Pero son agravadas por la creciente fortaleza de los deportistas (tomando anabolizantes y vete a saber qué mas) y el predominio del juego defensivo que provoca más choques violentos. Tampoco reflexiona sobre si el público bendice ese juego tan bruto, ni sobre el eterno problema de los deportistas como juguetes rotos. Además del guión, la dirección, la música y las actuaciones (la de Smith demasiado cara a la galería) también son muy blandas. Pena, y muestra de que en Hollywood andan justos de talento. O voluntad de fomentarlo.

La verdad duele

EEUU, 123 min.

**

Director: Peter Landesman

Actores: Will Smith, Alec Baldwin, Albert Brooks, Gugu Mbtha-Raw

Cines: Augusta, Ocimax, Porto Pi, Cinesa Festival Park, Multicines Manacor

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