En ocasiones, uno se explica mejor a sí mismo desde los fracasos que de los éxitos. Partir de lo que hay detrás, de lo oculto, de lo que se quedó a medio camino es el procedimiento utilizado por el artista Carles Congost para armar la pieza de videoarte The artist behind the aura. El metraje ganador del Antoni Gelabert d´Arts Plàstiques -12.000 euros- son 30 minutos de monólogo protagonizados por un actor belga que en realidad es un alter ego del propio Congost. La película está dividida en cinco capítulos que coinciden con cada uno de los proyectos que en los últimos 15 años de su trayectoria han fracasado. "Es una historia de mis obras irrealizadas", especifica. "Deseaba explicarme a mí mismo no a través del arte oficial, de los proyectos por los que se me conoce, sino por aquellos que no salieron, y contar aquellas cosas que no se relatan nunca", asegura.

Sin embargo, no se trata únicamente de la historia del artista catalán sino que ésta es extrapolable a cualquier creador del ámbito español. "En realidad es un relato de lo que sería el arte o las aspiraciones artística del arte español de estos últimos quince años, que comprenden desde la burbuja económica hasta su explosión, dos circunstancias que también afectaron mucho al arte contemporáneo", asegura.

Los proyectos irrealizados de Congost se vieron afectados por esa crisis económica, cuando los presupuestos de museos e instituciones cayeron en picado, pero también los hubo que no se produjeron por desavenencias con galeristas o por las propias dudas artísticas. Esta pieza videográfica ahora premiada la produjo el artista catalán en una residencia en Bruselas durante el verano de 2014.

Durante el metraje, Congost, que recientemente ha ganado el Premi de Videocreació del Festival Loop Barcelona, da algunos nombres que sitúan inmediatamente el momento y las circunstancias. "Todo lo que digo es verdad. El discurso del vídeo es muy honesto, descriptivo y objetivo", comenta. "La premisa del vídeo es que todo lo que se dijera fuera cierto. Pese a ello, no deja de haber un tono humorístico e irónico como es habitual en mí", agrega. Asimismo, Congost combina distintos género dentro del metraje. Incluso hay un momento de gossip (o cotilleo).

Además de hacer referencia a la paralización del sistema artístico español a causa de la crisis, el artista alude en el vídeo a la crispación ambiental y a la búsqueda de culpables que tuvo lugar cuando explotó la burbuja económica.