­El botxí narra las vivencias de un verdugo que, procedente de Valladolid, ha de viajar hasta Palma para ejecutar una sentencia de muerte. Está basada en buena parte en la película El verdugo que García Berlanga rodó en 1963 en Mallorca.

Para escribir la pieza, David Mataró se sumergió en un intenso trabajo de documentación. Incluso accedió a la sentencia que condenaba a muerte a Pere Tudurí, un menorquún que fue ejecutado en Palma en 1951.

Mataró explicó que en la obra ha intentado explicar "qué hace el verdugo, qué piensa y cómo actúa. Pero no tomamos partido, intentamos ser asépticos ante los hechos. No sentimos estimación por un oficio como el de verdugo, pero intentamos ponernos en la piel de aquel que lo ejerce", comentó.

En conjunto, El botxí supone una reflexión sobre la muerte, la justicia, la pena de muerte y todo lo que supone para el ejecutor.

En la obra, Mataró ha decidido prescindir de las escenas más morbosas y escabrosas como las referentes a los momentos de la ejecución, para centrarse en aquellas donde se puede conocer mejor el alma del verdugo, un instrumento en definitiva de un régimen político que utilizaba a estas personas "para su propia supervivencia. Con frecuencia eran outsiders con problemas con el alcohol y con las personalidades anuladas", explica el autor.

Para Salvador Oliva, protagonista de la obra, el montaje está lleno de "humanidad y dureza, pero es siempre coherente. Es un texto que habla, por extraño que parezca, del amor por la vida".

El botxí se representará en la Sala Petita del Teatre Principal los próximos días 22, 24 y 25.