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Crítica de cine

Nunca séptimas partes fueron buenas

Como hice con 50 sombras de Grey, una recomendación previa: si usted está completamente decidido a ver esta película, no pierda el tiempo en seguir leyendo.

La inminencia del medio centenario del primer Star Wars y un inmisericorde plan de marketing han logrado persuadirnos de que este séptimo huevo es tan bueno como la gallina. El despertar de la fuerza es, no voy a negarlo, muy entretenida. Magnífica como espectáculo. J. J. Abrams (Star Trek, Super 8) es uno de los mejores maestros de ceremonias de este siglo. El alumno más aplicado de Spielberg y Lucas, sobre todo en lograr recaudaciones astronómicas. No pasa de empollón porque no arriesga nada creativamente, al contrario que George Miller en el último Mad Max.

La película por ello está a siglos luz de la original. Calca su argumento, dejándose por el camino la simplicidad, mucho encanto y toda su profundidad. Ni rastro del ensayista Joseph Campbell (El héroe de las mil caras), que inyectó el tuétano de ese filme. Sobran personajes, los malvados son a veces exageradamente letales y otras dejan que los rebeldes se cuelen hasta la cocina. La producción y el ritmo son impecables. Igual, casi, que el reparto. Enérgética y bellísima Daisy Ridley como Lara Croft (aunque su personaje se llame Rey), imberbe Boyega, algo mejores Driver e Isaac (tengo debilidad por ellos), muy bien Harrison Ford y Carrie Fisher; y BB8, el nuevo robot, es tan simpático como R2D2. Asfixiante la banda sonora, sin medio segundo de respiro. Recapitulando, mucha acción, unas gotas de humor y ni rastro de amor. Diez en espectáculo, cero en novedad y originalidad.

Star Wars. El despertar de la fuerza

Nacionalidad: EE UU, 135 min. Director. J. J. Abrams. Actores: Daisy Ridley, John Boyega, Harrison Ford, Carrie Fischer y Adam Driver. Cines: Augusta, Rivoli, Ocimax, Porto Pi, Festival Park, Multicines Manacor.

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