Diario de Mallorca

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Crítica de teatro

¿Sabemos lo que queremos?

Vaya con la compañía mallorquina-catalana La Calòrica. En unas pocas temporadas nos han presentado cuatro espectáculos bien distintos: una farsa sobre los Reyes Católicos, una pieza documental acerca de Berlusconi, un delirio metafórico inspirado en El Bosco y ahora este Bluf, que tanto se aproxima, en clave de parodia amarga, a las situaciones personales de la crisis contemporánea. Siempre con una continuidad en su equipo, con propuestas interesantes y con una calidad dramática y actoral más que notable.

Bluf podría parecer una comedia de situaciones y personajes con apuntes del natural: un joven con discapacidad que debe renovar su pensión, una chica que se queda en paro, un músico que sobrevive como comercial de una ong? Sí, podría parecerlo, si no fuera por la pareja de atracadoras lesbianas. Sí, si no fuera por la abeja que dirige una empresa. Aquí entramos ya en lo surrealista, pero también en una cierta reflexión de fondo: la insatisfacción, el abismo entre la realidad y el sueño, suponiendo que sepamos de qué sueño se trata. El trabajo de Yago, Solà y compañía abunda en hallazgos brillantes, tanto en lo textual, como en lo visual, como en lo interpretativo. Al mismo tiempo, su estructura, fragmentada en escenas casi autónomas (aunque todo acabe encajando), lo fuerza a una cierta irregularidad.

Me parece que La Calòrica retoma el buen pulso de Feísima enfermedad? y L'Editto Bulgaro y que Bluf, como mínimo, nos hace a la vez reflexionar, divertirnos y admirar la calidad e inteligencia del elenco. Excelente reparto, que incluye a las mallorquinas Esther López y Júlia Truyol.

Bluf

Teatre de Mar

***

Dramaturgia: Joan Yago. Dirección: Israel Solà. Intérpretes: Ricard Farré, Xavi Francés, Aitor Galisteo-Rocher, Esther López y Júlia Truyol. Escenografía y vestuario: Albert Pascual. Iluminación: Elisenda Rodríguez.

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