"España tiene una deuda moral con Joan Miró y vamos a intentar repararla", aseguró ayer en la Fundación palmesana del pintor el secretario de Estado de Cultura José María Lassalle. El representante del ministerio se estaba refiriendo al sol de Miró, conocido como la marca España, un logo convertido en referente mundial cedido gratuitamente por el artista al Gobierno en 1983 y a cuyos derechos -generados tras la aprobación de la Ley 3/2008 sobre Propiedad Intelectual- acaba de renunciar la familia del genio tras unas negociaciones que se han dilatado cinco años. Según el acuerdo y a cambio del gesto de los herederos del artista, el Ejecutivo se ha comprometido a apoyar económicamente y en devenir patrono en las tres fundaciones del pintor: la de Barcelona, en cuyo patronato está desde que cediera el logo de Turespaña; la reciente del Mas Miró de Mont-roig (Tarragona) y la de Palma, donde creó el anagrama cuando tenía 89 años. Aunque no se detallaron cantidades para la del Mas Miró, el director general de Bellas Artes del Gobierno , Miguel Ángel Recio, especificó que para el museo de Cala Mayor el ministerio había presupuestado 40.000 euros para este 2015 y que se ha previsto el mismo montante para 2016. Una cuantía que supone un paso en la implicación del Estado en los centros que velan por el legado del artista.

Joan Punyet Miró, nieto del genio, comentó que la alianza consignada ayer en Palma estaría en la senda de los propios deseos del artista catalán, "que lo único que solicitó a cambio de la creación del logo fue que el Estado ayudase a sus fundaciones en la medida de sus posibilidades". En este sentido, los sucesores del pintor (Joan, Teo, Lola y Lucía) han intentado seguir el ejemplo del artista y Pilar Juncosa con la renuncia a los derechos, rubricada ayer en Palma frente a la notaria María José Ortuño, Lassalle, Recio, Teo Punyet, el subdirector general de Marketing Exterior del Turismo, Rafael Chamorro, la directora de la Fundación de Palma Elvira Cámara, el presidente de la de Barcelona Jaume Freixa, la directora de la misma Rosa Maria Malet, el alcalde de Mont-roig y presidente de la Fundación Mas Miró Fran Morancho y la coordinadora del proyecto del museo de Tarragona Elena Juncosa.

Tras la firma y el apretón de manos, Punyet aseguró que su abuelo se sentiría "muy feliz" de ver a las instituciones y a la familia remar en la misma dirección por las fundaciones. Lassalle, también satisfecho por el acuerdo, añadió que "hoy más que nunca el sol de España es el sol de Joan Miró".

El genio catalán creó el logo seis meses antes de morir y tras recibir en 1983 una carta del ministerio de Cultura donde se le pedía el diseño de un anagrama que sería utilizado como marca del país de cara al turismo. "Para el rey y el Gobierno, todo gratis", contestó Miró al encargo. "Mi abuelo veía una España libre, joven y por eso quiso hacer este logo para todos los ciudadanos, una imagen que ha marcado a nuestro país como uno de los destinos turísticos más importantes del mundo", apuntó Punyet. "Desde el primer momento, este logo, alabado por grandes popes del diseño y del marketing, se convirtió en la envidia de muchos países extranjeros", indicó. "Representa la Movida de Almodóvar, la riqueza de nuestra juventud y los valores de nuestra bandera", continúa Punyet.

Para diseñarlo, el genio catalán optó por el collage a la manera de Matisse. "Cogió el cartel para la Copa del Mundo de Fútbol España 82, y recortó la palabra España. Luego recortó el sol del póster de una exposición suya celebrada en la Fundación Maeght en 1968 y sustituyó el trazo verde por uno amarillo", desvela Punyet. El artista no percibió honorario alguno, "pero vista la financiación precaria de sus fundaciones, pidió que el Estado ayudara a la de Barcelona", explicó el presidente de Successió Miró.

Sin embargo, a tenor de los cambios legislativos, a partir del 26 de diciembre de 2008 los derechos de Turespaña debían empezar a revertir en los herederos. "Nosotros no queríamos el dinero, sino continuar con la voluntad de mi abuelo", confiesa Punyet. La dificultad para cuadrar agendas y solucionar la cuestión de los derechos, encontró un buen aliado en Lassalle. "Punyet vino a verme en 2013 para ver si dábamos ya con la solución y en seguida nos entendimos. En medio de la negociación le dije: 'Ven a mi despacho'. Sobre mi escritorio, hay una gran litografía de Miró. Creo que no hay que decir mucho más. En dos años, hemos resuelto la cuestión", comenta. Preguntado por el valor del logotipo mironiano, Lassalle no dudo en afirmar que "es incalculable". "Es un patrimonio intangible de toda la humanidad", agregó Punyet. "Por eso, el Estado es consciente de que tiene una deuda moral con la figura de Miró y ahora se ha comprometido moralmente con su legado", prosiguió Lassalle.

Además de los 40.000 euros para la fundación palmesana y la posibilidad de tener relaciones más fluidas con otras instituciones con obra de Miró, como el Reina Sofía, lo que facilitaría intercambios para exposiciones, el museo de Cala Mayor reactivará el proyecto de rehabilitación de Son Boter. "Cuando esté terminado y hayan pasado las elecciones, lo haremos llegar al ministro de Cultura", afirmó Punyet.