Asimismo alertó de las consecuencias negativas que tendría el cierre para la competitividad y el empleo de la industria española.

En un comunicado, la patronal advirtió del "sobrecoste" que tendrán que asumir los consumidores en caso de cierre de la central, así como del riesgo de "deslocalización" de ciertas empresas con alto consumo de energía eléctrica.

La vida útil de Garoña expira en julio, mes en el que el Gobierno deberá decidir si autoriza o no la prórroga de diez años en la explotación solicitada por su propietaria Nuclenor -participada al 50 por ciento por Endesa e Iberdrola-.

Previamente, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) deberá emitir un informe preceptivo. Según la CEOE, la central nuclear de Garoña produce más de 3.500 gigavatios hora, lo que equivale a la actual producción de energía fotovoltaica de España, pero a un coste diez veces inferior.

La patronal afirmó que la planta es sometida de forma periódica a auditoría por parte del CSN y la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) y funciona de forma correcta debido a las "importantes inversiones" llevadas a cabo para su modernización.

Asimismo, indicó que en otros países "de primer nivel" existen varias centrales como la de Garoña que van a seguir funcionando hasta los sesenta años.