La extensión de los parques eólicos "degrada la calidad de vida de los ciudadanos", "destruye el patrimonio natural, histórico y cultural de Europa" y "perjudica la fauna", según denuncia la organización en una carta dirigida a la Comisión Europea (CE) y a la Eurocámara.

Por ello, pide a la Unión Europea (UE) que realice un balance económico, social y ambiental completo de la energía eólica en Europa antes de seguir entregando fondos a una tecnología cuya utilidad, en su opinión, no ha sido probada.

El presidente de EPAW, Jean-Louis Butre, explicó en la primera rueda de prensa de la plataforma en Bruselas que los molinos de viento tienen una altura de entre 80 y 110 metros y una base de hormigón que pesa 1.000 toneladas, lo que convierte su presencia en una amenaza para el paisaje y puede causar una devaluación inmobiliaria y patrimonial de hasta un 50 por ciento.

Butre insistió además en el "reducido rendimiento" de esta tecnología que depende de un recurso natural que no es contante y afirmó que para mantener los molinos en funcionamiento cuando no hay viento se recurre con frecuencia a la electricidad, lo que provoca un aumento indirecto de los gases de efecto invernadero.

La organización incide también en que los proyectos eólicos han absorbido la mayor parte de los fondos públicos destinados a energías renovables en la últimas décadas.

Sólo en Francia se dedican entre 2.000 y 3.000 millones de euros al año a financiar éstas centrales, una cantidad "inmoral" para Butre, quien asegura que son muchos los que apoyan esta energía "para limpiar su imagen".

"Si los gobiernos destinasen sus subvenciones a otras energías alternativas se conseguiría mucho más", comentó a Efe el delegado general de EPAW, Luc Rivet.

Según Rivet, en lugar de apoyar la implantación masiva de parques eólicos habría que financiar la aplicación a casos concretos como, por ejemplo, la instalación de molinos de viento en comercios para cubrir su abastecimiento energético, algo que ya hace una cadena de supermercados de Bélgica.

EPAW es una organización sin ánimo de lucro que reúne a 341 organizaciones de 18 países de la UE y dice representar a 500.000 ciudadanos europeos.

Entre sus miembros hay varias organizaciones defensoras de la energía nuclear y figuran también 16 grupos ecologistas españoles.

Sin embargo, Rivet asegura que de momento (la plataforma nació hace poco más de seis meses) no han definido una estrategia más allá de parar el desarrollo de los grandes parques eólicos, entre otras cosas, porque sus miembros no coinciden en cuáles son las alternativas más oportunas.