El capitán de esta embarcación, Philippe Hercher, ha explicado en una rueda de prensa que los objetivos de esta expedición son promover tecnologías que permitan a los pequeños barcos de trabajo y de pesca aumentar su rentabilidad y reducir su impacto contaminante, al tiempo que denuncia los efectos del cambio climático en los océanos.

Para demostrar que este tipo de navegación es posible, el navío está equipado con paneles solares dispuestos en la cubierta para obtener electricidad, un casco pintado con material no contaminante, una combinación de velas y motor para desplazarse, con el consiguiente ahorro de combustible, o filtros de cal para evitar verter al agua productos tóxicos.

La ruta prevista, de 9.000 millas, les llevará hasta Tokio a través del mar ruso, al norte de Siberia, unas aguas por las que antes resultaba imposible navegar a causa de que se encontraban cubiertas por una espesa capa de hielo pero que actualmente son navegables en verano debido a que los efectos del cambio climático impiden la formación de la capa helada.

La tripulación está compuesta por 10 personas, entre ellas dos niños que acompañan a sus padres en esta aventura, que partieron del puerto corso de Bastia el pasado 26 de abril, y tienen planeado llegar a su destino en la capital nipona a mediados de octubre, donde permanecerán por un tiempo, "ya que la sociedad japonesa está muy concienciada con los problemas pesqueros y ambientales", ha indicado Hercher.

El capitán y su tripulación han estado acompañados a su llegada por la alcaldesa de Pasaia, Maider Ziganda, y miembros de la asociación Albaola, organización que, al igual que el proyecto del "Le Manguier", se enmarca en una iniciativa europea denominada "Econav" nacida para fomentar técnicas de navegación menos contaminantes.

La próxima parada del itinerario será Bretaña (Francia), rumbo a la cual zarparán el próximo jueves si las condiciones meteorológicas lo permiten para llevar adelante su mensaje ecológico.