Dirigido por Shiro Ikegawa, investigador del Centro de Medicina Genómica de Tokio (Japón), el estudio demuestra que la asociación del gen DVWA con la proteína beta-tubulina incrementa las probabilidades de padecer osteoartritis.

La beta-tubulina contribuye a la formación de estructuras subcelulares llamadas microtubules, cuya función es, entre otras, la de regular la producción de cartílagos.

Cuando la beta-tubulina se asocia al gen DVWA, éste interfiere en la conducta de la propia beta-tubulina y, en consecuencia, la producción de cartílagos se ve perjudicada y el riesgo de osteoartritis aumenta.

La investigación se ha elaborado a partir de dos grupos, ambos de individuos japoneses, uno que padecen osteoartritis y otro que no tienen dicha enfermedad.

La osteoartritis, conocida también como enfermedad de subdivisión degenerativa, es uno de los tipos de artritis más común y consiste en la desintegración de los cartílagos, cuya función es proteger y revestir los extremos de las articulaciones.

El resquebrajamiento de los cartílagos permite que los huesos se froten el uno contra el orto, lo que provoca dolor, inflamación y pérdida de movimiento en el paciente.