Tras un estudio internacional realizado por la revista Science, los investigadores pronostican que el problema reside en que, cuanto más severo y generalizado se haga el agotamiento del oxígeno, más zonas perderán su capacidad para albergar la diversidad de plantas, animales, algas y microorganismos que residen allí. No debemos olvidar que todos ellos convierten a estas aguas en fuentes de recursos y reguladores naturales del planeta, y son realmente importantes para la existencia de la vida, tanto humana como de cualquier ser vivo.

Los responsables de este estudio tan preocupante resaltan que el calentamiento, impulsado por la acumulación de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono, es el principal culpable de esta desoxigenación, así como la acidificación que se está produciendo en diferentes mares y océanos. El resultado es que estos factores negativos están provocando que muchas especies y formas de vida acuáticas estén siendo perjudicadas y que, además, exista una notable disminución de capacidad para proveerlos de servicios ambientales, como la pesca. De hecho, esta sufrirá graves consecuencias si la sociedad no toma medidas drásticas para cuidar el ecosistema marino.

Claro está que, por desgracia, además del cambio climático, las acciones de vertir residuos y fertilizantes también están influyendo de forma negativa en esta presencia de oxígeno en el agua. Por ejemplo, los restos de plástico están privando a los corales de oxígeno y luz vitales y, por tanto, liberan toxinas que permiten la invasión de bacterias y virus. Por eso, es de vital importancia que todos tengamos conciencia de la gravedad del asunto y nos esforcemos en frenar este cambio climático y contaminación de nutrientes para evitar este declive.

El oxígeno es fundamental para la vida marina. Su disminución, tal y como destacan los investigadores de este estudio, está haciendo que muchos organismos marinos, como las estrellas de mar, estén reduciendo la supervivencia y su crecimiento, alterando su comportamiento, perjudicando su reproducción y aumentando las posibilidades de que enfermen.

El Mar Mediterráneo, cada vez más cerca de ser tropical

Según WWF, la mayor organización internacional dedicada a defender la naturaleza y el medio ambiente, la temperatura del Mar Mediterráneo va aumentando un 20 % más deprisa que el resto de mares y océanos del planeta debido al cambio climático. Este está agudizando la presión que existe por la sobrepesca, la contaminación, el comercio marítimo y la evolución costera y, a su vez, está exponiéndolo a un peligro difícilmente reparable si no tomamos medidas, ya que se está convirtiendo en un mar más propio de las zonas caribeñas.

¿Qué consecuencias tiene dicho efecto? La aparición de nuevas especies

De hecho, al menos 1000 han sido detectadas, como el pez escorpión o pez león, invadiendo a las autóctonas y devorando los ecosistemas. Análogamente, la población de moluscos ha decrecido casi en un 90 % en las zonas más orientales de este mar. Podríamos decir que se está viviendo una revolución acuática donde existe una lucha entre las nuevas especies y las de siempre.

Si perdemos a estas especies autóctonas, el impacto sería dramático en todo el ecosistema marino, ya que estas proveen hábitats vitales para muchas especies y ayudan a fijar el carbono para el clima. Por ejemplo, la Posidonia Oceanica guarda entre un 11 % y un 42 % de las emisiones de dióxido de carbono en los países mediterráneos.

Por otra parte, actualmente existe una concentración de medusas mucho más alta que hace unos años, obviamente favorecida por el calentamiento global, lo que repercute en sectores como el turismo o la pesca. Debemos, por tanto, buscar el equilibrio para conservar los ecosistemas marinos y mantenerlos saludables, además de aumentar su capacidad para adaptarse a los cambios.

Al hablar de cambios en el agua, no podemos olvidarnos de mencionar la alarma ante la paralización de la corriente Atlántica. El ritmo de esta corriente que calienta el norte de Europa con aguas del golfo de México es el más bajo en mil años. Poco a poco iremos notando los impactos y Europa obtendrá un clima más frío, habrá ciclogénesis de fuerte explosión y nevadas más frecuentes y bruscas, aunque también más sequías.

La conclusión que se puede sacar es que el cambio climático y las acciones negativas del ser humano están consiguiendo que exista una peligrosa disminución de oxígeno en los océanos y mares. Esto está suponiendo un efecto gravísimo para el medio ambiente, ya que llegará un momento en que el agua de estos no podrá sustentar parte de la vida marina.