El año 2019 fue el más cálido en Europa desde que se recopilan datos, seguido de cerca por 2014, 2015 y 2018. Y once de los doce años más cálidos registrados en Europa hasta la fecha fueron años posteriores al 2000.

Estas son algunas de las conclusiones del informe climático anual que ha publicado el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), programa de la ESA y la UE, que ofrece una amplia visión sobre el estado del clima en 2019.

Según el documento, los indicadores climáticos evidencian que la media de los últimos cinco años se sitúa 1,1ºC por encima de la era preindustrial en todo el mundo, aunque en Europa es de cerca de 2ºC por encima de la última mitad del siglo XIX.

El objetivo del Acuerdo de París de 2015, ratificado por 188 países, es mantener el aumento de la temperatura media mundial en un nivel muy inferior a los 2ºC por encima de los niveles preindustriales y realizar un esfuerzo por limitar este aumento a los 1,5ºC.

El informe también destaca otras conclusiones sobre el año pasado, como que en febrero, junio y julio se registraron tres periodos de "excepcional calidez" que dieron lugar a nuevas temperaturas récord.

Durante 2019 también se produjo uno de los meses de noviembre más húmedos de los que se tiene constancia, con unas precipitaciones cuatro veces por encima de los niveles habituales en Europa occidental y meridional.

Además, todas las estaciones del año pasado fueron más calurosas que la media, siendo el verano de 2019 el cuarto más cálido desde, al menos, 1979. De hecho, algunas zonas de Europa registraron unas temperaturas estivales de 3ºC a 4ºC por encima de lo normal. Las intensas olas de calor acontecidas en junio y julio también dieron lugar a nuevas temperaturas récord en algunos países europeos como Francia y Alemania.

Igualmente, las sequías durante el verano afectaron a la cubierta vegetal en numerosas partes del continente, si bien determinadas zonas de Europa occidental donde la cubierta vegetal regresó a sus niveles habituales en otoño se vieron afectadas por las intensas lluvias de finales de año.

El informe recoge también que en el Ártico europeo, las temperaturas se situaron por debajo de los niveles récord registrados en los últimos años. Aún así, en 2019 la temperatura del aire en esta región, tanto sobre el mar como en superficie, se situó 0,9ºC por encima de la media.

A pesar de que en verano se registraron temperaturas cercanas a la media, la breve ola de calor que azotó a Europa continental a finales de julio se trasladó posteriormente al norte y causó temperaturas históricamente elevadas en el norte de Escandinavia, además de contribuir a un deshielo en superficie récord en Groenlandia.

Aumento de gases de efecto invernadero

El documento también concluye que hubo en 2019 un aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero, tanto de dióxido de carbono (CO2) como de metano (CH4).

Los flujos netos mundiales de gases de este tipo mantienen, según el informe, una tendencia alcista, un patrón que se ha consolidado en las últimas décadas. Los científicos afirman que solo es posible encontrar concentraciones tan elevadas como las de 2019 remontándonos millones de años en la historia, advierten.

Asimismo, la duración de la insolación es la más elevada desde la década de 1980. Así, en 2019 se registró el número más elevado de horas de insolación, ligeramente por encima del récord anual anterior registrado en 2015 (desde 1983, fecha de inicio de la recopilación de datos), si bien se dieron algunas variaciones regionales.

Esto pone de manifiesto una clara tendencia alcista en las horas de insolación durante los últimos 40 años en todo el continente. Este aumento de la duración de la insolación se observó durante todo el año, con una nubosidad por debajo de la media en los últimos seis meses.

Las áreas que han registrado una insolación por encima de la media en mayor medida fueron España, determinadas zonas de Francia, Europa central y buena parte de Europa oriental.

Los datos que recoge el informe ponen de relieve que "la perspectiva a largo plazo evidencia la clara tendencia de calentamiento de las cuatro últimas décadas".

Si bien, tal y como expone Carlo Buontempo, director del Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), "un año excepcionalmente cálido no constituye una tendencia de calentamiento", aunque contar con información detallada de este servicio operativo europeo, que abarca distintos aspectos del clima, permite relacionar los distintos datos para obtener más información sobre los cambios que se están produciendo.