La contaminación atmosférica en algunas de las grandes ciudades europeas han caído entre un 45 y hasta más del 50 % en el último mes, coincidiendo con las medidas de confinamiento por el coronavirus, a la vista de las mediciones del satélite europeo Sentinel-5P.

Las imágenes del satélite muestran que las concentraciones de dióxido de nitrógeno (NO2) entre el 13 de marzo y el 13 de abril bajaron un 48 % en Madrid respecto al mismo periodo de 2019, un 47 % en Milán, un 49 % en Roma y hasta un 54 % en París, explicó este jueves la Agencia Espacial Europea (ESA).

En un comunicado, la ESA recordó que el NO2 es uno de los principales contaminantes presentes en el aire, generado por centrales eléctricas, vehículos y otras instalaciones industriales, y con efectos dañinos para la salud humana, ya que aumenta la probabilidad de problemas respiratorios.

Los científicos del Instituto Meteorológico de los Países Bajos (KNMI, en sus siglas en holandés) llevan meses monitorizando los datos sobre la presencia de ese gas que ofrece ese satélite del programa Copernicus de la Unión Europea, gracias a su instrumento Tropomi.

Las concentraciones de NO2 en la atmósfera varían sustancialmente de día en día por las fluctuaciones de las emisiones, pero también por los cambios en las condiciones meteorológicas, lo que hace más complicado sacar conclusiones únicamente de mediciones de un día o de una semana.

De ahí el interés en analizar los datos obtenidos en un periodo de tiempo prolongado para descartar posibles anomalías.

Como de un día para otro las cifras pueden variar mucho, promediar los datos durante largos periodos de tiempo "permite ver con mayor claridad los cambios en las concentraciones debido a la actividad humana", señaló Kenk Eskes, del KNMI.

Su equipo tiene intención de aprovechar el hecho de que las medidas de confinamiento van a continuar en las próximas semanas para seguir trabajando en un análisis más detallado de otros países del norte de Europa donde ha observado una mayor variabilidad en los resultados a causa de los cambios de las condiciones meteorológicos.

A ese respecto, la utilización de datos obtenidos sobre el terreno, en complemento con los del programa Copernicus, permitirá restringir el impacto de esos cambios para estimar la variación en la contaminación del aire.

Los Sentinel forman parte de una flota de satélites de la UE diseñados para suministrar información para el programa medioambiental Copernicus.