La llegada inesperada de la Cumbre Mundial del Clima, COP25 a España va a reportar al país grandes beneficios, no sólo desde el punto de vista económico, con una estimación superior a los 200 millones de euros de impacto en la ciudad de Madrid, sino lo que es más significativo para la imagen de nuestro país, un intangible infinitamente superior y de extraordinarias consecuencias futuras. Y es que la profesionalidad, eficiencia y solvencia con la que todos los organismos que han intervenidos en la puesta en marcha de esta cumbre afrontando este gran desafío, es por encima de todo un motivo de orgullo.

Que España venda esa imagen es la mejor garantía para despertar la confianza de organismos y operadores internacionales en traer hasta nuestro país grandes acontecimientos que siempre han buscado otros destinos. Una cuestión de orgullo extrapolada también a IFEMA, sede de la COP25, que ha sido capaz de asumir el reto de la producción completa de un evento de tal envergadura, y especialmente con tal altos estándares técnicos establecidos por Naciones Unidas, especialmente en cuestiones relacionadas con los sistemas y redes de telecomunicaciones, ciberseguridad, y seguridad, entre otros muchos aspectos.

Quizá el mensaje que ha calado con mayor peso en la prensa durante estas dos semanas y media previas a la celebración en las que se ha concentrado la producción de la cumbre, haya sido la "proeza" de conseguir levantar de cero en solo 18 días, lo que en circunstancias favorables hubiera supuesto un proyecto de 18 meses de duración. Y, así ha sido. La conjunción de una gran coordinación de equipos técnicos de IFEMA, Naciones Unidas y Gobierno de España, a través del Ministerio para la Transición Ecológica, junto a la alta cualificación profesional de todos los que han estado involucrados, ha sido fundamental para llevar a cabo este gran proyecto que estuvo listo para su entrega a Naciones Unidas, el sábado 29 de noviembre.

Para ello han sido necesario el trabajo de 1.500 operarios que han levantado 1.000 toneladas de material para la construcción de los espacios de la Cumbre, la implicación de más de 60 ingenieros para configurar el proyecto de telecomunicaciones y redes, el empleo de 1.400 horas dedicadas a realizar el proyecto espacial y 35.000 horas empleadas en el diseño de IT. Todo para dar cobertura al mayor acontecimiento del mundo en materia medioambiental y del clima, que ocupará el 50% del espacio de IFEMA, un total de 113.000 m2 distribuidos en 7 Pabellones, que recibirán desde el 2 de diciembre y hasta el 13, a más de 25.000 asistentes, además de jefes de estado y de gobierno, representantes de delegaciones, científicos y medios de comunicación de más de 200 países.

Todo un acontecimiento en el que el mundo entero tendrá puesta su mirada, por los acuerdos que se alcanzarán estos días, y por el gran desafío que para un país como España, una ciudad como Madrid, y un recinto como IFEMA ha representado hacer frente a la puesta en escena de la Cumbre Mundial del Clima.