Un activista indígena ha afeado esta mañana al alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, que hubiera dicho en un programa de televisión que prefería donar dinero a la catedral de Notre Dame en París que al Amazonas, y el alcalde le ha respondido con un "viva la discrepancia".

Todo ha ocurrido justo antes de comenzar una ponencia sobre 'El camino hacia una ciudad sostenible y resiliente al cambio climático' en la que participaba Almeida en la Cumbre Mundial del Clima. Mario Agreda, representante del Movimiento Indio de América, ha gritado: "Los niños y los jóvenes del futuro tienen que respirar. El Amazonas es más importante que una iglesia. Te lo digo de corazón, es una crítica constructiva".

Se refería con ello a las declaraciones del regidor en septiembre en el programa 'La vuelta al Cole' de Telemadrid, en el que a la pregunta formulada por escolares sobre si donaría dinero para la catedral de Notre Dame o al Amazonas, optó por la primera opción.

Luego, ambos han mantenido una pequeña conversación y Agreda le ha entregado al alcalde un escrito en defensa de la Amazonía, un problema que el alcalde ha aseverado que conoce "perfectamente". Activista también aludió al problema ecológico del Mar Menor. La mesa redonda comenzó sin más sobresaltos.

Al finalizar la misma, y preguntado por los periodistas sobre este incidente, Martínez Almeida ha indicado que conoce a Agreda del Rastro de Madrid y que, de hecho, en esa breve conversación, también hablaron de algunos problemas del Rastro.

Ágreda es impulsor de la Asociación Intercultural del Rastro, colectivo que impulsó una recogida de firmas para solicitar que el tradicional mercadillo fuera declarado Bien de Interés Cultural. También es miembro del Grupo de Trabajo de los Pueblos Indios en la ONU (GTPI).

"Esta persona discrepaba, no me increpaba. Yo tengo que respetar las opiniones diferente. Como yo pido que se respete mi opinión, tengo que respetar las diferentes. Las conversaciones vienen bien porque son enriquecedoras. No he podido hablar mucho con él, pero la discrepancia es sana. Viva la discrepancia, la opinión libre es sana, no podemos coincidir todos en todo. El pensamiento único es lo peor que nos puede pasar en la sociedad, y por tanto, mientras las opiniones estén bien fundadas y no partan de la descalificación, ¡viva la discrepancia'", ha esgrimido el alcalde.