Los equipos de protección individual (EPI) que usan los médicos y enfermeros que atienden a pacientes con Covid-19 cumplen su cometido de evitar contagios entre el personal sanitario. Normalmente son de color blanco y eso fue, precisamente, el desencadenante de una anécdota que, por obra y gracia de los vídeos de las cámaras de seguridad y el poder viralizador de las redes sociales, ha dado ya la vuelta al mundo.

Sucedió en un hospital cuando un enfermero, pertrechado con su traje EPI, acudió a ver a una enferma de coronavirus. Al acercarse con sigilo y en penumbra a la cama donde estaba la mujer y correr la cortina de separación, ella comienza a gritar y alejarse con evidente pánico del sanitario.

Los alaridos despertaron con sobresalto a su vecino de habitación, y es probable que a medio hospital, mientras el enfermero le pedía que se calmara. Instantes después, alertados por el griterío, se personan allí otros tres sanitarios. El audio es deficiente, pero se ve a la mujer intentando explicar lo que había ocurrido.

Por el lenguaje corporal se ve cómo uno de los sanitarios rompe a reír a carcajadas, tras confesar la mujer que, adormilada, había creído que su compañero era un fantasma, al estar vestido todo de blanco y no verle siquiera la cara.

El vídeo del "enfermero fantasma" fue compartido por primera vez en TikTok (@nam1310199), donde acumuló rápidamente miles de reproducciones. Hoy corre por Youtube, Twitter, Facebook, Whatsapp...