Los pasajeros del vuelo de la compañía TUI que realizaba ayer el trayecto Ibiza - Glasgow jamás olvidarán ese viaje. La tormenta Ali, que mantiene en alerta a Gran Bretaña, les pilló por sorpresa casi una hora antes de aterrizar, después de haber volado dos sin ningún tipo de problema.

Según publica la prensa británica, muchos pasajeros se pasaron unos 45 minutos llorando y vomitando mientras el piloto intentaba controlar la aeronave al tiempo que aminoraba la velocidad a unos 130 kilómetros por hora.

Durante ese tiempo, explica una joven a un periódico local de Glasgow, "algunos pasajeros jóvenes habían estado bebiendo antes de subir al avión y con todo el movimiento fueron los primeros en empezar a vomitar por los pasillos. El olor era nauseabundo".

Más testigos explican que hubo momentos en los que parecía que el avión iba a girar 180 grados, y otros en los que caía en picado durante unos segundos "que se hicieron eternos". Al parecer, el piloto intentó aterrizar en dos ocasiones en el aeropuerto de Glasgow pero tuvo que abortar debido a que las condiciones climatológicas no se lo permitían.

Finalmente consiguió hacerlo y la felicidad de los pasajeros se tradujo en largos aplausos y vítores, como se puede apreciar en el vídeo.

Tres muertos en Gran Bretaña

La virulencia de la tormenta Ali que azota Gran Bretaña ha dejado por el momento tres víctimas. La rachas de viento han alcanzado los 148 kilómetros por hora, sobre todo en Irlanda.

Ayer, cuando ocurrió el suceso en este vuelo, la Oficina Meteorológica de Reino Unido había emitido una alerta meteorológica ámbar en el norte de Inglaterra, Escocia e Irlanda del Norte por la llegada de la tormenta Ali.